El presidente asturiano está desnudo

Al igual que en el cuento «El rey desnudo» de Andersen, son pocos o casi nadie quienes ven al presidente de Asturias en su insólita desnudez. Los cuentos infantiles de hoy son las parábolas de ayer, y las carencias de un proyecto político para Asturias por parte de D. Javier Fernández y su Gobierno no se aprecian por parte de una sociedad asturiana que vive aturdida y noqueada por los golpes que recibe diariamente del Gobierno del Estado. El Sr. Rajoy, con su corrupción y su política antisocial y antidemocrática, que nos retrotrae a muchos años atrás, está tapando las vergüenzas de un presidente y un Gobierno que hacen como si hicieran, cuando en realidad no hacen nada, y lo peor es que tampoco sabrían qué hacer.

El Sr. Fernández carece de un proyecto político para Asturias porque no considera nuestra comunidad un sujeto político, sino más bien un puro ente administrativo. En realidad se sentiría más a gusto como presidente de Diputación. Su concepto acomplejado de una Asturias provinciana le va más; con gestionar lo que hay ya le sobra. Un presidente gestor, un Gobierno de gestión, donde la ideología y la política tienen muy poca cabida.

En realidad, al Sr. Presidente, ideología, lo que se dice ideología, no se le conoce. Por edad debería haber participado en la lucha antifranquista en su etapa universitaria (cosa que no realizó) y se afilió muy tardíamente al PSOE (1987), después de que éste fuese un partido que gobernaba en el Estado y en Asturias, lo cual no es garantía de mantener una posición ideológica llamémosla socialista o de izquierdas. En primer lugar, porque como en cualquier otro partido que llega al Gobierno se incorporan arribistas y oportunistas por doquier, y por otra parte, el PSOE hacía ya muchos años que, a pesar de conservar tal denominación, había dejado de ser socialista.

Sí; no se asusten. El PSOE es un partido social-liberal. No es lo mismo que el PP, cierto, pero en política económica se sitúan en el mismo ámbito: la aceptación del modelo capitalista y matices con relación a políticas coyunturales (las privatizaciones, la obsesión con la reducción déficit público, las reformas laborales, los recortes de los derechos sociales y las pensiones… no se los inventó el PP, ni fue el primer partido en ponerlos en marcha en el Estado español). Se diferencia algo más del PP en materia de sensibilidad en las políticas sociales y , mucho más, con relación a la defensa de los derechos individuales (en esto último no es muy difícil, dada la posición profundamente reaccionaria de un PP que viene del franquismo político y sociológico).

¿Cuál es el proyecto político del Presidente y su Gobierno?

En materia de desarrollo económico y empleo, las cifras desgraciadas del máximo histórico de personas paradas en Asturias y el triste primer puesto en las comunidades en las que mayor crecimiento del paro se ha producido en el año 2012 ya adornan el medallero en el pecho del Presidente. Es cierto que no es el responsable de la denominada «crisis económica», ni de la reforma laboral y las políticas de contracción del gasto del Gobierno de Rajoy, pero también es cierto que no hay una, sólo una idea nueva, ni en el proyecto de concertación social, ni fuera de él en la agenda económica e industrial del Gobierno. No es algo que deba sorprender. ¿Hay novedades políticas en materias de ordenación del territorio, de enseñanza, sanidad, cultura, medio ambiente, agroganadería?… ¿Alguien le escuchó alguna nueva propuesta?

Sí hay que reconocer que se ve más suelto al Gobierno del Sr. Fernández a la hora de aplicar el ajuste y los recortes en el sector público, de la Administración, de la enseñanza, la sanidad o incluso en materia de política social: los propios sindicatos denuncian que el Gobierno asturiano va más allá de lo que impone las políticas de Rajoy. La verdad es que «lo público» ha generado sarpullidos en la FSA-PSOE desde hace muchos años. La querencia por la externalización y la privatización no es cosa de poco tiempo acá. En esto tampoco resulta innovador D. Javier Fernández.

Cuando alguien no sabe, no quiere o no puede afrontar un problema, suele ser proverbial la salida de la creación de una comisión: ¡lo estudiaremos! En este caso el Sr. Presidente opta por intentar cubrir su desnudez ideológica y política con un «comité de sabios». En cualquier caso, con todo el respeto que me merecen los «sabios» elegidos, podrán cubrir la desnudez del Presidente, pero no sus «vergüenzas». (Parece que cunde el ejemplo, y el consejero de Sanidad también ha constituido su propio comité de sabios). Las vergüenzas del Presidente no las cubren ni siquiera Izquierda Xunida y UPyD con su apoyo, ni tampoco la derechona asturiana de PAC y Cherines, que con su falta de credibilidad lo refuerzan.

Tampoco cubre la desnudez del Presidente una nueva concertación social que vuelve a plantear fórmulas que han fracasado en el pasado para crear empleo, y en la que va siendo hora de plantearse qué aportan en ella los representantes empresariales.

En todo caso, Javier Fernández es un hombre con suerte. Su desnudez y sus vergüenzas pasan desapercibidas gracias ¡ironías de la Historia!, a la brutalidad de las políticas fachas y desvergonzadas del Sr. Rajoy y a la avalancha de la corrupción política. El terremoto que sacude el escenario político del Estado consigue que la realidad social, económica, cultural y política asturianas desaparezcan de nuestra escena pública.