Carta abierta a la Alcaldesa de Gijon
Me dirijo a Usted como ciudadano de Gijón, trabajador, por suerte, y al corriente de todos los pagos y tributos que me son presentados a cobro. Votante suyo o no, para el caso es irrelevante.
Viernes, 17:00 h, contrarreloj como tantos otros para llegar con el tiempo agobiando a recoger a mi hija al colegio, ni tiempo para almorzar. Hoy por casualidad he encontrado sitio para aparcar en batería, algo que ocurre una de cada 20 veces sin riesgo a equivocarme sonadamente. De vuelta al coche, merendando sobre la marcha.
Tengo que frotarme los ojos para creer lo que veo. Ni un solo coche sobre las líneas amarillas que habitualmente quedan invisibles de los coches de padres, madres, abuelos que no llegan con margen, tienen que recoger a los niños y volar. La vida actual casi no da para más. Dos flamantes motos y sus motoristas, desconozco si han multado o no, desde luego parecen haber sido de todo excepto comprensivos. Ya me habían advertido, ha pasado en las puertas de otros colegios, incluso si hago memoria, hace algo más de un año, en las puertas de la guardería entonces de mi hija. Nos miramos al pasar y no puedo evitar mover la cabeza. No se piensen que hablo de una calle transitada, de trastornos al tráfico. Hablo de una calle secundaria, terciaria si me apura, nada pasa en esos 15 minutos por esa calle si su destino no es el colegio. Cero siniestralidad o altercados de circulación en los últimos dos años, créame soy frecuente de la zona.
Vamos de recados a ver si se nos pasa, el fin de semana tarda demasiado en llegar. Quince minutos más tarde unos kilómetros de distancia, el radar camuflado espera clientes en la zona habitual de salida de los trabajadores hacia los polígonos, me lo cruzo con alguna frecuencia. Cuatro carriles, límite de 50, ni un solo riesgo más alto que en cualquier otro punto. Si se analiza el histórico de siniestralidad no creo que salga nada en años. Doscientos metros más abajo en el último año, al menos dos motoristas derribados y varios accidentes, incluso con coches de la policía nacional implicados.
Señora Alcaldesa, permítame invitarle a repetir el ejercicio que lleva dando vueltas en mi cabeza toda la tarde, por favor intente imaginar, con la que está cayendo en el sentido literal de la expresión, una sola razón moralmente decente para estas medidas y ya de pedir, por favor a poder ser, que no se base en la repetición telemática de alguna norma con la que habitualmente acallan la protesta de los que aun tienen algún respeto por ellas.
Desconozco si es Usted responsable o no en algún grado de esta directiva. Al menos y para lo que considere, quede informada de lo que pasa en su ciudad y con sus ciudadanos, y por favor, si en algún momento lo comprende, tenga a bien iluminarme o hacer que alguien me explique el mensaje que intenta dar este Ayuntamiento, porque de verdad, yo no lo entiendo.
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