Macarons
El último grito en repostería lo tienen estos dulces llamados macarons. Después de llenar las pastelerías francesas, llegan a nuestro país para poner un toque dulce en nuestras vidas.
Aunque parezca que el macaron fue un invento francés, en realidad su origen se remonta a Italia en el siglo VIII. Posteriormente la receta se llevó a Francia por Catalina de Médicis al casarse con el Duque de Orléans, futuro rey de Francia en el siglo XVII.
La receta actual ha sufrido décadas de perfeccionamiento y fue Pierre Desfontaines quien unió por primera vez dos macarons con un ganaché (crema de trufa de chocolate y nata). Más tarde fue Pierre Herné, pastelero francés, quién les dio un toque de animación incorporándoles sabores y colores.
Los macarons se hacen con clara de huevo, almendra molida, azúcar glass y azúcar. Una vez que están horneados y fríos, se pueden unir de dos en dos con cualquier pasta que tenga consistencia media (ganache, mermelada, buttercream...) y se dejan reposar para que quede crujiente por afuera y tierno por dentro.
No hay que confundir los macarons con los macaroons, los primeros se componen de dos galletas finas y el ganache y los segundos son galletas compactas hechas de coco o almendra gruesa.
Los macarons son una buena opción para regalar en cualquier ocasión especial o para darse un pequeño capricho.
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