Somos el tiempo que nos queda
Me alegro que el Rey esté mejor de salud. Es lo que se desprende de las imágenes que nos concedió ayer la Casa Real. Estoy también de acuerdo con él: Caballero Bonald está mejor que él, y esto me alegra aún más. No hay más que apreciar el temple y el arte con que el bardo de Jerez, trasunto de su paisano Rafael de Paula, le tiende la mano al monarca para iniciar el saludo en el despacho de la zarzuela. Pronto estaré de nuevo dando guerra, dijo el monarca, quizás traicionado por su subconsciente tras haber ojeado, para familiarizarse con el nuevo Premio Cervantes, su última obra, la autobiografía en verso titulada Entreguerras, y que como su propio autor confirmó tras su publicación, significa su punto y final, su retiro de la escritura. Precioso ejemplo el del poeta. Yo, de ser un secretario de su corte, al rey le recomendaría la antología Somos el tiempo que nos queda, hermosos poemas para leer en calma y con la satisfación del deber cumplido tras una larga vida de trabajo. O de reinado, mientras aún nos quede un poco de salud.
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