Robótica, mecatrónica, y atrevimiento
¿Qué es la robótica? Solemos pensar en el «robot» como algo antropomórfico capaz de realizar una actividad laboral de forma autónoma, pero no tiene porque tener aspecto humano, ni la actividad laboral ser manufacturera; incluso puede tener aspectos inhumanos: abaratamiento y aumento de la producción con su consecuente necesidad de materias primas sin límite; y, puesto que es capaz de realizar su labor de forma autónoma y flexible mejorando notablemente la eficacia y la capacidad productiva de las empresas mientras va generando desempleo, obligará a que se necesite gran número de consumidores cuando precisamente, por causa del desempleo que genera, no facilita poder adquisitivo. Si el mundo no se plantea otra forma de relacionar: necesidad, consumo, trabajo y riqueza; el desarrollo tecnológico colapsará el sistema y se superarán los límites del crecimiento del planeta. Mal futuro tenemos si no somos capaces de humanizar y resolver esta situación. Esto ocurre, precisamente ahora, cuando la clase asalariada podría ser liberada de trabajo y pasar a tener una actividad más autónoma, creativa y responsable, para ir preparándose en: inteligencia artificial, lógica difusa, cálculo estadístico, algoritmos matemáticos del caos o convencionales, y muchas otras cosas como: filosofía, historia, sociología. No es futurismo, es presente que desconocemos. Pero sí conocemos las partes que componen la «Robótica»: A) Mecánica racional y de proceso. B) Sensórica. C) Electrónica con TICs, para el control de su movilidad y la comunicación entre sí y con cualquier parte del mundo. D) Sistemas de potencia y musculación: Mecánica, Oleohidráulica, Neumática, Electricidad, e incluso Motorización térmica. En resumen: pura «Mecatrónica». Decía Norbert Wiener («Cibernética y sociedad», entre otras muchas obras y prodigios realizados) que los ingenieros deberían estudiar también sociología; y, un alto cargo de TSK decía recientemente: «las Escuelas de Ingeniería Industrial tendrían que tener asignaturas de humanidades». Esto debería animar a formar ingenieros humanistas capaces de trabajar en equipo y relacionarse con personas cercanas y de otras partes del mundo más allá de los aspectos comerciales (que para eso estarían los comerciales), ya que, aunque por ser despistados creativos se equivocasen en detalles (para corregirlos estaría la inteligencia artificial manejando datos y proyectos anteriores), su actividad sería: hacer propuestas creativas; ver las cosas de manera innovadora para progresar; y, sobre todo, colaborar con una humana sonrisa (o el improperio con carcajada) animando al grupo: al equipo.
Se dice que el Ministerio de Educación y Ciencia se propone cambiar el Ciclo Formativo de Grado Superior de «Sistemas de Regulación y Control Automáticos» por otro denominado: «Robótica»; y el de «Mantenimiento y Equipo Industrial» por otro denominado: «Mecatrónica». ¡Qué atrevimiento! ¿No es la «Robótica» una aplicación de la «Mecatrónica»? Además: estos temas competen a los postgrados: tanto los universitarios, como los específicos ocupacionales. Postgrados que, yendo más allá de los conocimientos del grado, se adentran en las destrezas cognitivas de especializaciones tecnológicas. ¿No sería más adecuado mejorar los grados y sus conocimientos iniciales, y dejar a los postgrados hacer permanentemente lo suyo?
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