Es mejor viajar lleno de esperanza que llegar
Este proverbio japonés nos trasmite en pocas palabras, la gran desilusión que los españoles llegamos a experimentar el Viernes pasado cuando escuchamos al Ministro de Hacienda y de Economía decir que ya hemos llegado al final del esperanzador viaje que nos prometieron en su programa electoral pidiéndonos que les diéramos la confianza de ser ellos nuestros cicerones en la lucha contra el desempleo y la crisis. El pronóstico de los datos que nos dieron fueron de una crueldad suprema: Les prometimos empleo, pero aun quedándonos dos años y medio de legislatura, solo podremos gestionaros vuestras miserias, y no vemos a medio plazo salida a vuestra ruina. Señores del Gobierno, después de decir eso, solo cabe la convocatoria de elecciones, dejar a otros que lo intenten al menos, sin que nos dejen tirados a mitad del viaje, nos engañen y tomen por estúpidos como ustedes.
La esperanza hace que agite el náufrago sus brazos en medio de las aguas, aun cuando no vea tierra por ningún lado Ovidio describió en esta frase exactamente lo mismo, Rajoy, Montoro y Guindos han dicho a todos los españoles que no braceen más, que tengamos tranquilidad suficiente mientras nos hundimos en el mar de la miseria que rodea la Isla de la abundancia donde ellos observan ajenos la crisis y nuestros sufrimientos.
Lo malo nunca es bueno hasta que suceda algo peor Este proverbio Danés, nos describe al anterior gobierno y al actual. Lo cual ¿Qué nos queda a los españoles? Dejarnos hundir, o decirles a nuestra policía, que los enemigos, los violentos no son los ciudadanos que se manifiestan, si no los que dan razones más que suficientes para que las gentes salgan a la calle. Y no salen a millones por miedo a ustedes, armados hasta los dientes van dispuestos a dar palos, a obedecer a este gobierno sin reflexión alguna por su parte, como predispuestos siempre a ser verdugos del pueblo. Señores policías, son la pieza clave de una regeneración posible de nuestros políticos. Deben de ser conscientes que mientras al pueblo lo sumerge en la ruina, incluidos a ustedes, ellos se reparten sobres, sobresueldos, despilfarran, derrochan, se corrompen, enchufan a familiares por doquier y tenemos que entre todos pagarles sus excesos. ¡Ya no podemos seguir siendo cándidos! Los políticos deben estar al servicio del pueblo, compartir miseria si fuera preciso, pero no reírse de nosotros de la forma que lo hacen. No ven amigos policías los sobresueldos que se reparten todos, mientras a ustedes les mandan golpear a los ciudadanos por poco más de mil euros. Espero de ustedes, nuestra policía, que se pongan en cabeza de las manifestaciones, a ver si echamos a estos caras duras, y regeneran la vida pública. Un saludo.
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