¿A qué aspiramos en Ribera de Arriba?
Tras los recientes datos del paro conocidos a nivel nacional y regional, cada uno puede sacar sus propias conclusiones. Pero cuando esos datos son investigados a fondo y se descubre que Asturias es la comunidad donde más crece el paro de toda España, cualquier persona entiende que aquí se están haciendo las cosas peor que en el resto del país. Y más aun cuando el porcentaje de jóvenes parados es casi del 68% en el Principado.
Recuerdo aquella solemne frase del ya ex presidente del Principado, el señor Areces, que venía a decir que eso de que los jóvenes se estaban marchando de Asturias era una leyenda urbana.
Se conoce que Tini nunca ha ido un viernes por la tarde o un domingo por la noche a la estación de autobuses de Oviedo o Gijón
Hoy quiero escribir estas líneas como joven preocupado por el futuro.
Aunque hoy tenga la grandísima suerte de tener trabajo, no deja de preocuparme la situación actual de mi tierra, y como yo miles de jóvenes asturianos.
Soy de Ribera de Arriba, aquí nací, aquí me críe y aquí sigo viviendo.
Ribera de Arriba, por desgracia, es el vivo reflejo de la decadencia de Asturias, un municipio que está apenas a 10 kilómetros de la capital del Principado y ve cómo año tras año su población merma considerablemente, ve cómo sus vecinos envejecen inexorablemente sin que el concejo muestre signos de relevo generacional, puesto que los pocos jóvenes que aquí quedamos o bien estamos parados o nos vemos obligados a irnos fuera de Ribera de Arriba o incluso fuera de España en busca de un futuro viable.
Lo curioso de todo esto es que tenemos un Ayuntamiento que presume de tener las cuentas saneadas, de tener superávit e incluso de autosituarse entre los más ricos de Asturias.
O por lo menos eso deja entrever el Alcalde comprándose un coche oficial en los tiempos que corren y en un municipio de 20 kilómetros cuadrados.
Por no hablar de los 7.600 euros que se gastaron el pasado año en comidas a cargo del Ayuntamiento, sospechosamente 64 de ellas en el mismo restaurante, y encima fuera del municipio.
Yo lanzo una pregunta: ¿a qué aspiramos en Ribera de Arriba?
Si tan saneadas están las cuentas y tanto dinero hay en el Ayuntamiento, ¿no sería mejor gastarlo en un ambicioso plan de empleo local?
¿Cuánto estamos dispuestos los riberanos a dejarnos pisotear por una clase política en declive?
Estamos a mitad de legislatura, el tiempo pasa y cuando nos demos cuenta tendremos de nuevo la oportunidad de elegir el camino que queremos seguir durante los cuatro siguientes años.
Es el momento de dar una vuelta de tuerca al municipio, cualquier persona mínimamente consciente de la situación actual se da cuenta de que este Ayuntamiento tiene las agujas de su reloj paradas, y sólo se puede arreglar con el inmediato recambio en su Alcaldía.
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