Una mujer al límite
En la edición en papel (en la digital ya había salido la foto el día anterior) del jueves 9 de mayo se publica a toda plana la imagen perfectamente reconocible de una mujer enferma, con su nombre y apellidos, que por lo visto avisó desesperada que pretendía quemarse a lo bonzo en el Centro Cívico de Oviedo. El reportaje no indica en ningún momento que esta señora sea un personaje público ni que esté imputada en ningún delito.
El artículo explica incluso que está en tratamiento psiquiátrico, por lo que me hago las siguientes reflexiones a modo de preguntas:
-A pesar de que los hechos han ocurrido en un lugar público, ¿no se está vulnerando algo como el derecho a la privacidad de una persona enferma ?.
-Dado que en la fotografía se le reconoce perfectamente, ¿ella querría que sus hijos de 9 y 7 años tengan que soportar en su colegio los comentarios de otros niños al respecto ?.
-Como ciudadanos anónimos, en el supuesto por ejemplo de una crisis de agitación o convulsiva en plena calle cuyo espectáculo echando espuma por la boca provoque que acudan las Fuerzas de Seguridad en nuestra ayuda así como el personal sanitario, ¿se publicarían también nuestras fotografías con nombre y apellidos ?.
Habrá que empezar a plantearse en todos los ámbitos de la sociedad dónde situar el límite entre el derecho a la información y la dignidad de las personas, porque todos tenemos padres, hijos y ojos susceptibles de resultar heridos en su sensibilidad.
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