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Argayos... ¿normales?

29 de Noviembre del 2008 - Luis Álvarez Arbesú (Oviedo)

«Argayo» es una palabra que suena mal. Parece rayana en la grosería. Lo mismo que la expresión «es normal». ¿Qué se quiere decir con «normal»? Pues ni más ni menos que a aguantarse, oiga. De cualquier manera, es poco afortunada.

En ocasiones, he realizado preguntas a personas que, en el trasiego de ventanilla en ventanilla, la situación ha terminado por considerar indicadas. Por ejemplo: ¿Por qué no se revegetan los taludes (desmonte y terraplén) una vez acabada una carretera? Respuesta recibida: En Asturias sale todo sin necesidad de sembrar y, además (para que te enteres), en los aportes de tierra ya hay semillas de manera natural. Opinión personal: muy parcialmente cierto (vamos, que no) debido a que las siembras secas realizadas para instalar un césped las cantidades de semilla utilizadas rondan los 30-40 gramos por metro cuadrado en los primeros 2-4 milímetros superficiales del terreno. Las cifras necesarias para que, por causas naturales, existiese la cantidad adecuada de semilla son muy difíciles de creer ya que rondarían los 10.000 gramos (de semilla activa y fértil) por metro cúbico de tierra. Otro asunto es que la semilla comercial garantizada, capaz de germinar a los ocho días de ser realizada la siembra seca, sea la que está presente en el reservorio natural.

Dicho directamente y sin ambigüedades, se puede proteger de deslizamientos un talud en tan sólo unas semanas. Aunque hay que tener cuidado con la dimensión de la expresión proteger. Un casco protege de la caída de un martillo a pocos metros de altura, pero como caiga una viga de media tonelada poco se puede hacer. Para el caso de la viga, aplicada a una carretera, quizá la geotecnia tenga mucho que decir.

Otra pregunta: ¿Puedo, que tengo proyecto y dinero, plantar árboles en el talud de la carretera? Respuesta recibida: «No, porque sólo nosotros (organismo responsable del dominio) podemos hacerlo y no queremos que nadie lo haga porque sólo nosotros sabemos hacerlo». Opinión personal: nada que objetar (pero queda el pataleo, éste en concreto) salvo que, evidentemente, rara vez se hace una restauración de carreteras y, más raramente aún, en las proporciones adecuadas.

¿Por qué sembrar hierbas? Porque el recubrimiento vegetal protege rápidamente contra la erosión causada por la lluvia y porque los sistemas radiculares ayudan a estabilizar el terreno. Es clarividente indicar que hay hierbas con sistemas radiculares de varios metros de longitud. ¿Por qué plantar árboles? Creo que no es necesario insistir en que los árboles actúan en escalas de magnitud superiores.

Hay variados métodos para afianzar taludes, pero los más baratos e inmediatos son aquellos que buscan la restauración de los márgenes con las especies vegetales adecuadas. Con estos métodos tal vez no se consiguiese eliminar todos los deslizamientos de todas las carretera, pero sí es seguro que, de casi un centenar de los ocurridos estos días, nos quedaríamos en menos de una decena.

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