¡Se nos cae el cielo de Calatrava!
Tenían los galos protagonistas de las historietas de Astérix un único miedo carente de razón alguna: que el cielo cayera sobre sus cabezas. ¿Caerse el cielo?
¡Eso es imposible!
Pero la sonrisa se esfuma y el humor ya no es humor cuando sí hay razones que
justifiquen el miedo, cuando sí entra en los márgenes de la probabilidad el hecho
de que el cielo, efectivamente, se derrumbe sobre nosotros.
Asustados nos hemos sentido los oventeses leyendo con indignada perplejidad los
reproches que se están lanzando en los juzgados, durante los últimos días, los
cortesanos del starquitecto Santiago Calatrava, con el propio gurú bajando a
pelear a la arena y los Pepe Gotera y Otilio de Jovellanos XXI, continuando con
los tebeos, a cuenta de la génesis del Centollo de Buenavista.
Ahora nos enteramos, gracias a un juicio con el dinero de los ovetenses como botín, de que la visera del Palacio de Congresos no se ajusta a los requisitos normativos de seguridad. Así lo afirman los peritos técnicos de la empresa promotora que, o bien en unas irresponsables afirmaciones en el fragor judicial o bien en un ataque de sinceridad que deja en evidencia un proceso aberrante, han alarmado a todos los vecinos de Oviedo.
Al final tenemos un edificio feo, para qué negarlo, con aspecto de origami mal
hecho, a pesar de que quizá haber usado papel hubiera sido menos problemático;
caro, muy caro, sin que nadie haya respondido por ello; que se inauguró con prisas para mayor gloria de un Gabino de Lorenzo que aún se creía Faraón, y al que no se le levanta la visera y que finalmente resulta potencialmente peligroso.
¿Se imaginan qué habría pasado si los ovetenses no hubiésemos conseguido parar
aquella otra locura que eran las trillizas de El Vasco? Se nos habría caído el
Universo entero sobre nuestras cabezas.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo