La primavera y los cerezos
Un precioso poema de Pablo Neruda concluye diciendo «quiero hacer contigo/ lo que la primavera hace con los cerezos», refiriéndose posiblemente a la transformación que hace que los cerezos despierten de su invernal letargo, y comience la savia a moverse por sus venas, y que las yemas alcancen un grado de humedad óptimo para florecer, y a que se vayan abriendo las preciosas flores que desprenderán una fragancia estimulante y agradable, y que exhiban un colorido espectacular, y que se muestren receptivas, y que fructifiquen, y lleguen a convertirse en un postre exquisito.
Pero yo este año no sé si realmente la primavera vino o no, porque no noto el cambio hormonal: la sangre se me altera, pero no como antes; se me altera para mal, para cabrearme, para endemoniarme. No es la edad, no, que tengo solamente un año más que el año pasado; es la indefensión, es el constatar que por mucho que hagamos, no nos libraremos de tantas mafias, clanes, sobres, sobresueldos, incompetentes, corruptos, ladronzuelos, ladronazos, miembros de consejos de administración momificados y demás patéticos causantes de este incremento bestial de las cifras del paro, del hambre y de la pobreza a quienes importa un rábano desmantelar el sistema sanitario y el educativo con tal de seguir montados en su machito y de seguir recibiendo indemnizaciones multimillonarias por haber hecho un trabajo rematadamente mal.
Desde luego, esta primavera está haciendo un invierno muy crudo.
Javier Roces
Pola de Siero
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo