Maltrato animal en El Asturcón
Desde Octubre de 2007 vengo siendo usuario del Centro Ecuestre El Asturcón, entidad deportiva dependiente del Ayuntamiento de Oviedo, quien, parece ser, tiene concertados sus servicios con diversas entidades de carácter privado.
En dicho centro, por razones que nos son ajenas y sin que podamos precisar responsables, existen varios animales en circunstancias físicas y psíquicas de maltrato que en su día denunciamos ante el propio Ayuntamiento y ante la fiscalía especial de medio ambiente, no obteniendo respuesta por el municipio y archivándose por la fiscalía por entender que no existiendo ensañamiento no hay delito.
En un caso se trata de animales embargados por el impago de las cuotas de mantenimiento y pupilaje que sus propietarios tenían contratadas. En otros casos, por el abandono físico a que han sido sometidos, sencillamente porque sus legítimos dueños un buen día dejaron de dar señales de vida y los expedientes administrativos o judiciales iniciados aún no están conclusos. Por último también hay caballos propiedad de dueños que abonan las cuotas de mantenimiento correspondiente pero que hace meses que no aparecen por el recinto o lo hacen muy de tarde en tarde.
Es cierto y real, pues lo tenemos comprobado, que se da a los animales el agua y bebida mínimos y necesarios para su supervivencia (sólo faltaría), pero también lo es que desde hace varias semanas en todos los casos meses en algunos y años en unos pocos que esos animales no han salido de sus boxes para un simple paseo o esparcimiento, o que sus cascos no han sido arreglados, salvo en casos particulares y a expensas de la iniciativa particular de varios usuarios, lo que está llevando, como es lógico imaginar, a un constante deterioro físico y psíquico de los animales.
Entendemos que el Ayuntamiento de Oviedo está siendo cómplice de el maltrato a que vienen siendo sometidos los animales que están bajo su responsabilidad, en unos casos por la nefasta actuación de sus agentes concertados y en otros por la que los juristas denominan «culpa in vigilando», pues conformándose con el cobro de los recibos de pupilaje, está sirviendo de tapadera a auténticos caprichosos y desalmados que por haber adquirido una propiedad piensan que pueden hacer con ella lo que les viene en gana, y en esa línea y de modo totalmente irresponsable, abandonan a la suerte de los cuidadores o personal contratado el cuidado de sus caballos.
En conclusión, pretendemos que se adopten las medidas de protección necesarias que aseguren a los animales una calidad de vida acorde con su naturaleza, urgiendo a los concesionarios de los servicios al cumplimiento exacto de las obligaciones contraídas, agilizando los trámites administrativos o judiciales que se encuentren abiertos o sencillamente, y por doloroso que sea, dándoles una muerte digna que acabaría con el sufrimiento a que, pensamos, están siendo actualmente sometidos.
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