Las unidades de trasplante y las políticas del PP
Hace pocos meses, el ministro señor Montoro amenazaba con suprimir las unidades de trasplante de aquellas comunidades autónomas que incumplieran con el déficit presupuestario. Parecía que esta amenaza se había frenado ante el clamor de las organizaciones sanitarias, las sociedades científicas y los propios profesionales del ámbito sanitario. Y digo parecía, porque sutilmente, casi sin repercusión social, el Gobierno del PP ha rebajado casi en un 40% el presupuesto para trasplantes, en un penúltimo ataque a las políticas sociales de lo público, en algo de enorme sensibilidad hacia procesos que suponen sufrimientos físicos tangibles, pero también en los intangibles, como puedan ser la angustia, la ansiedad de quien, desgraciadamente, precisa de un trasplante, y no sólo en él o ella, pues también la familia se verá comprometida. Desde un punto de vista sanitario, existen razones suficientes como para reclamar el necesario compromiso político de un servicio público de calidad, consolidado, eficaz y eficiente, que es modelo de coordinación interterritorial y un referente mundial. Unas unidades que han formado, en las dos últimas décadas, a más de 13.500 profesionales motivados, sensibilizados y con enorme prestigio ante la sociedad y ante las sociedades científicas nacionales e internacionales.
Desgraciadamente, las políticas del PP en materia que suponga la defensa del bienestar social las convierten en moneda privatizable de mercado. Se apropia de lo público para provecho de las empresas que desean un rendimiento económico y vulneran cualquier derecho para los pacientes y para los trabajadores; esto no es una teoría, pues es muy fácil constatarlo en comunidades autónomas gobernadas por el PP.
Parece claro que entre unas cuestiones y otras, que no es el caso aquí, se precisa de otros políticos, de otras mentes políticas con otras capacidades y más apegadas a las necesidades ciudadanas, porque lo que ahora hacen el político y sus políticas es culpabilizar a los ciudadanos, a trabajadores y en este caso a los pacientes de los errores de esta esfera política insensible y profesionalizada durante años.
Dicho lo anterior, estamos constatando la triste mochila del PP en materia de políticas del bienestar social, y aquí sólo hice referencia a una muestra del problema, como es el presupuesto para las unidades de trasplante, pues el camino desarrollado por el PP es desmantelar todo el sistema sanitario; véase Madrid, y aunque parezca un tópico, hacia un sistema de salud que supone la equidad social y mucho esfuerzo político para construirlo.
Jesús García Salazar
secretario de sanidad y consumo AMSO-PSOE, Oviedo
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