Marcada desigualdad entre españoles
En unas recientes declaraciones hechas a la prensa por la presidenta de la Comunidad de Madrid manifestaba que es indecente que mientras la inflación en España es del -1 por ciento, los funcionarios, además de tener plaza fija, se beneficien de una subida salarial del 5 por ciento.
De acuerdo con su criterio, presidenta, pero, auque no soy funcionario y no deba sentirme ofendido, deseo decirle que también existen otras muchas indecencias con perfil político que usted no dice.
Verá, señora Aguirre, no sé si indecente (me suena un poco fuerte este adjetivo), pero sí improcedente, humillante, abusivo y otros epítetos más que el salario mínimo interprofesional de un trabajador normal sea de 624 euros y el de un diputado ascienda a 3.996, pudiendo éste llegar a 6.500 euros, con dietas y gajes.
Humillante y abusivo sí que lo es que un ciudadano de a pie deba de cotizar durante treinta y cinco años para percibir una jubilación, mientras a los diputados les baste con siete años solamente. Y los miembros del Gobierno sólo precisan jurar o prometer el cargo para cobrar la pensión máxima.
Abusivo y desacertado es que los "padres de la patria" sean los únicos ¿trabajadores? que están exentos de tributar por un tercio de su sueldo en la declaración de la renta. Humillante también parece que sus señorías cuando cesan en la ocupación puedan disfrutar de un colchón econömico correspondiente al 80 por ciento del sueldo durante 18 meses.
Extemporáneo e inapropiado resulta que ministros, secretarios de Estado y altos cargos, cuando finalizan su mandato, sean los únicos mortales que pueden legalmente cobrar dos salarios del erario público.
Asimismo, desacertado se puede considerar que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su función.
Y, en fin, impropio también parece que los 50 eurodiputados españoles (54 eran en la anterior legislatura), ahora elegidos, además de sus desplazamientos en avión, dietas y otras canonjías y prebendas consustanciales al cargo, vayan a ingresar 7.700 euros cada mes.
Teniendo en cuenta el aciago ambiente vivido en la campaña de elecciones al Parlamento europeo, comprobaremos que todos se insultan, se critican y se difaman, pero ninguno de ellos osa sacar a colación los privilegios y momios con que se van a encontrar los elegidos cuando el calendario marque la fecha del 8 de junio de 2009 y durante cinco años.
Señora Aguirre, como usted bien sabe, el país vive una fuerte recesión, y muchísimas personas padecen serias dificultades económicas.
Puede creerme, presidenta, a diario me encuentro con españoles que dicen no querer saber nada de los políticos -no de la política precisamente-, y menos aún en tiempos de elecciones. Se masca un fuerte rechazo a la política existente.
¿Se animarán a votar aquellos ciudadanos que ya no les quedan agujeros en el cinturón?
Tengo muchas dudas.
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