Un nuevo atropello
Siguen con las mismas malas artes que empezaron. Iban a crear empleo, respetar la educación y sanidad pública, revalorizar las pensiones mentiras tras mentira.
Ahora, bajo la apariencia de las recomendaciones de un comité de sabios elegidos a dedo, nos plantean nuevos recortes para las pensiones actuales y futuras. Como si este país no tuviese ya unos ingresos para mayores que no superan el salario mínimo y que son en realidad rentas de subsistencia, pues en épocas de vacas gordas salvo unos intentos de Zapatero, siempre han estado marginadas las pensiones de viudedad, las no contributivas y aquellas que proceden de una época donde las cotizaciones eran bajas o no existían.
No hay ningún dato objetivo, no manipulado, que exija un nuevo ajuste de pensiones bajo el eufemismo de la sostenibilidad del sistema público. Los resultados hasta hoy- con un fondo de reserva de 60.000 millones- demuestran que habiendo empleo, cotizaciones sobre salarios reales, se financia el sistema por si mismo.
Hacer elucubraciones sobre el futuro, con base sobre la crisis que está viviendo el país actualmente es jugar a meter miedo, a potenciar los planes privados de aseguradoras y bancos, condenar a millones de trabajadores a jubilarse con unas rentas de auxilio social, como en los años del franquismo.
Si el sistema no es capaz de autofinanciarse en algún ciclo económico, para eso están los impuestos, como ocurre con la seguridad social, las autopistas, los toros o la televisión. ¿O acaso no son los propios asalariados los que más contribuyen a la hacienda pública?
Es un fraude de ley, una estafa social, una medida claramente ideológica de tinte político reaccionario, buscar justificaciones supuestamente económicas para recortar las pensiones. Con la que está cayendo donde los jubilados y pensionistas son el sostenimiento de muchas familias en paro y en el futuro lo seguirán siendo, pues entre lo que tardan en incorporarse los jóvenes al trabajo y los salarios precarios que perciben ¿de que van a vivir? Las rentas de pasivo continuarán siendo el elemento fundamental de generación de empleo a través del consumo.
¡Se me olvidaba! Cuando se nos compara con los países del entorno para justificar estas y otras medidas, no deje de mencionarse los niveles salariales que dichos países tienen, la protección social, las ayudas a los hijos, los subsidios de paro...
En nosotros está en consentir o rechazar un nuevo atropello. Pero no dudemos demasiado, porque entonces será tarde.
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