Queja por abandono en la zona del Qurinal
Una vez hecha pública la noticia en La Nueva España del día 3 de junio del presente año, me atrevo a escribir en esta sección de cartas al director, para manifestar mi más absoluta impotencia, ante la dejadez que padece el lugar en el que vivo, sito en la calle Somaly Man, perteneciente a la zona del Quirinal.
Hablo en primera persona, puesto que no se cual es el parecer de mis vecinos, aunque supongo que será el mismo que el mío, puesto que con esfuerzo compramos una vivienda a las afueras de Avilés, en lo que prometía ser una zona residencial, y por ello pagamos el no desdeñable importe de nuestras casas, y ahora nos vemos sumidos en el más absoluto de los abandonos no solo por parte del ayuntamiento, sino también por parte de las empresas constructoras, que por causa de la crisis, o vaya usted a saber porqué, nos tienen rodeados de fincas llenas de escombros, chatarra, malas hierbas, ratas y un sinfín de desperfectos, como aceras rotas, aceras que nunca llegaron a ser nuevas, puesto que ya desde el principio fueron pasto de grúas, camiones y demás maquinaria de construcción, que las destrozó desde el momento cero,
Mi queja es porque ya estoy cansada, por no decir harta, de oír siempre las mismas palabras de técnicos y concejales del ayuntamiento, que no hay dinero, que tenemos razón, pero que no pueden hacer nada y así una y otra vez, ¿es que esto tiene que quedar así, sin más?, ¿es que verdaderamente no se puede hacer nada?, ¿es que sí hay dinero para reformar una y otra vez el parque de las Meanas y no hay ni un euro para nuestra zona?.., no lo se, quizá soy ignorante en estos temas, bueno, quizá no, sí lo soy, pero lo que no es de recibo es que nos tengan olvidados de esta manera..
Debo decir también que a veces el pudor nos corta las alas, lo digo, porque un día sí y otro también me arrepiento de no haber dejado a mi marido que se dirigiera a Pilar Varela, alcaldesa de Avilés, un día que nos cruzamos con ella por nuestra zona, para manifestarle nuestra queja. La verdad es que eran los principios de esta lucha, había obras sin terminar y mi esperanza era que una vez concluidas, todo quedara medianamente bien, y por eso no quise que interrumpiera su paseo, pero a veces hay que dejarse llevar por el instinto, a lo mejor, si hubiéramos hablado con ella y le hubiéramos expuesto nuestro problema, hoy las cosas no estarían así, o a lo mejor sí, no lo se
Por eso, alcaldesa, si por casualidad lees esta carta, hazme caso, aunque solo sea un poco, y escucha mi queja, y la que en silencio, supongo que será la del resto de mis vecinos.
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