Trevín miente, y Asturias lo sabe

Si hay un político socialista asturiano que debería meter la cabeza debajo del ala al hablar de las infraestructuras en nuestra región ese es Antonio Trevín Lombán, diputado en el Congreso. El ex delegado del Gobierno en Asturias de José Luis Rodríguez Zapatero lleva tiempo aleccionando a nuestro partido sobre las obras a cargo del Ministerio de Fomento pendientes de conclusión en Asturias, especialmente la Autovía del Cantábrico y la variante ferroviaria de Pajares.

Trevín no tiene legitimidad alguna para criticar nada ni a nadie de Fomento, y si le quedase algo de vergüenza política debería callarse, porque cuando fue delegado incumplió durante ocho años todos los plazos que dio para la finalización de ambas infraestructuras. De su gestión al frente de la Delegación sólo trascendió a la opinión pública por meter a sindicalistas en la cárcel.

¿Qué hizo Trevín cuando la Autovía del Cantábrico acumulaba retraso tras retraso?, nada. ¿Qué hizo Trevín cuando los ministros Magdalena Álvarez y José Blanco se llevaban las inversiones en infraestructuras para Andalucía y Galicia, respectivamente?, nada. ¿Qué hizo Trevín cuando las obras del tramo Unquera-Llanes se paralizaron durante dos años?, nada. ¿Qué hizo Trevín cuando los socialistas decidieron por su cuenta y riesgo cambiar el trazado del túnel de la variante de Pajares y llevarlo a la ladera de una montaña que no resistía esa dificilísima obra de ingeniería, según los técnicos? Nada.

Sencillamente, Trevín se acogió al silencio de los corderos y mintió a los asturianos. Les engañó porque incumplió reiteradamente sus propios plazos: ni la Autovía del Cantábrico estuvo concluida en 2011 ni la variante de Pajares se terminó en 2012.

¿Cuándo se oyó al ahora intrépido y aguerrido Antonio Trevín reclamar, exigir, reivindicar o protestar ante sus compañeros socialistas de Madrid por los retrasos en la Transcantábrica?, nunca. ¿Cuándo se le escuchó ocuparse o preocuparse, alertar o prevenir sobre los graves problemas que presentaba el túnel de Pajares?, nunca.

El Gobierno de Rajoy reanudó en 2012 los trabajos en el tramo Unquera-Llanes y puso las máquinas a trabajar para que la infraestructura esté terminada lo antes posible. Porque lo que sí puede tener meridianamente claro el señor Trevín es que la Autovía del Cantábrico la impulsó un Gobierno del Partido Popular y la terminará un Gobierno del Partido Popular, mal que le pese al diputado socialista y a sus ocho años de discursos huecos y promesas incumplidas.

Y sobre la variante de Pajares, más de lo mismo. Está siendo el Ministerio de Fomento de Ana Pastor quien está buscando soluciones técnicas viables a las filtraciones de agua y demás desaguisados causados por los socialistas y, sobre todo, quien está pagando los pufos heredados para poder concluir las obras. La variante de Pajares la inició un Gobierno del Partido Popular y la terminará un Gobierno del Partido Popular. Ahí le duele, señor Trevín.

Dice el señor Trevín que él ya lloró y se flageló por los errores cometidos por el Gobierno de Zapatero el día que el PSOE perdió las elecciones. No lo creo, porque para llorar hay que albergar algún tipo de sentimiento y para flagelarse se presupone valor. Este argumento, no hacer nada en ocho años de gobierno y creerse en la obligación de exigirle todo al adversario al día siguiente de pasar a la oposición sólo refleja la simpleza intelectual del señor Trevín.

Por otro lado, si el ex delegado del Gobierno en Asturias quiere saber por qué las obras de la Transcantábrica van más adelantadas en la vecina provincia de Lugo que en Asturias, puede citarse a medio camino, en la gasolinera de Barres (Castropol), con su compañero de partido, el ex ministro José Blanco, natural de aquella provincia, y él se lo explicará muy bien. Asimismo, llama la atención que el tramo más retrasado de la Autovía del Cantábrico es el que discurre por el concejo de Llanes, precisamente en el que Trevín fue alcalde media vida, en dos etapas distintas.

En sus últimos artículos en LA NUEVA ESPAÑA Trevín dirige y personaliza sus críticas y réplicas directamente en mi presidenta, Mercedes Fernández, que nada ha terciado con él en esta polémica. Cuando Mercedes quiere decir o expresar algo lo hace, directamente, con su letra y firma, en corto y por derecho, alto y muy claro. Como saben todos los asturianos, no es mujer que se amilane ante los ataques, y menos cuando proceden de la simpleza y la insignificancia argumental.

No obstante, puedo llegar a comprender humanamente esa obsesión enfermiza del señor Trevín por la presidenta del PP de Asturias, que le ganó holgadamente las últimas elecciones generales celebradas en nuestra región, ¡a él!, ¡a todo un ex presidente del Principado! Lo único que busca es un espacio político en Asturias y tapar sus vergüenzas, que mal que le pese son conocidas por todos los asturianos. Mercedes Fernández y el Partido Popular se dedican a buscar soluciones, como el Gobierno de España, al desastre provocado por los socialistas con Zapatero en Madrid y Trevín, Areces y Javier Fernández en Asturias. Mejor se dignaba a pedir perdón por su nefasta gestión y dejar de buscar falsos debates con el PP.

No quiero porfiar con usted respecto a las alusiones a los explosivos del 11-M. No voy a perder más de seis líneas en esto por respeto a las víctimas de la mayor masacre terrorista de la historia de Europa. Cuando debatiendo de infraestructuras, Trevín utiliza este tipo de viles y ruines insinuaciones se descubre la mezquindad y zafiedad de la persona. Cuando la indecencia, el rencor y la ira entran por la puerta, los argumentos salen por la ventana.