Sin poner la otra mejilla
El próximo domingo una vez más, saldremos a la calle para visualizar ante el resto de la ciudadanía, el gobierno, la troika y el sursuncorda, nuestro desacuerdo con todas las medidas que se vienen adoptando en lo que va de legislatura del PP, igual que hicimos cuando las tomó el anterior del PSOE, pero cada vez más cabreados, mas cargados de razones porque los recortes son el pan amargo cada viernes cuando se reúne el consejo de ministros, mientras la realidad en la calle, en los hospitales, en los colegios, en las empresas, en los hogares, no tiene nada que ver con lo que dicen los de Bruselas, Madrid u Oviedo.
Aunque parecemos inmunes, al cierre de empresas tradicionales que en las diferentes comarcas son noticia, a los datos del paro que cuando le ponemos cara nos afecta mucho más, a la espera de una atención hospitalaria suplicando que no se agrave más la enfermedad, a la subida permanente de precios en productos básicos sin entender luego que el llamado IPC no lo recoja, a tantas cosas que da miedo mirar para atrás y descubrir como en tan poco tiempo, perdimos derechos que nos parecían indispensables.
Cada día es más difícil cobrar el salario social, los dependientes son cada vez más dependientes de sus familias sin ayudas, las medicinas han subido las que no te recetan y las otras hay que pagarlas con pensiones y subsidios de pobreza, las becas disminuyen cuando las matrículas suben, estudiar ya no es para todos solo para los de siempre. Tienes la opción de entrar a formar parte del batallón de la generación anulada.
Las pensiones una vez más sin vergüenza ni compasión, saltándose todos los compromisos electorales, los acuerdos anteriores firmados por todos, se verán disminuidas en un ejercicio de despotismo político y cinismo social, aún sabiendo las penurias y calidad de vida que tienen muchos mayores, robándoles una vida tranquila en los últimos años.
Nos convocan una vez más a las manifestaciones, tenemos que gritar casi no se nos oye- llevar a nuestras amistades y familia para que seamos muchos, aunque luego en las noticias seamos menos, no importa. Pero tenemos que pensar en el día siguiente; cada vez se hace mas necesario no parar, seguir conquistando espacios libres de discursos manipulados, mentiras para idiotas, obligar a nuestros partidos, sindicatos, movimientos ciudadanos a rebelarse para evitar este robo social, este rápido e imparable retroceso a una calidad de vida que no es ni mucho menos la comprometida.
Como dicen los poetas, en nuestras manos está la justicia y en el corazón los sentimientos. Pero sin poner la otra mejilla.
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