Me duele España

13 de Junio del 2013 - Octavio Sánchez Álvarez (La Corredoria (Oviedo))

Me acuerdo cuando se decía que España era una, grande y libre; una porque es una sola e indivisible, por lo tanto grande y al mismo tiempo libre. Además, la unión hace la fuerza. Diciendo todo esto, veo que una parte de España quiere separarse sin mirar las consecuencias que se ocasionarían a sí mismos y al resto de España, aunque esta última les importa un pimiento, pues ellos están en la misma nación aunque no se enteren.

Cataluña es la autonomía que quiere separarse, porque dicen que España les roba, cuando son ellos los que están robando a Cataluña y también a España con nuestros impuestos. Dicen que como son una nación quieren separarse, aunque lleven a su comunidad a la ruina, y así seguir manteniendo la mamandurria de las embajadas para colocar a sus amiguetes y familiares, amén de otras corruptelas.

Artur (Arturo) Màs es el presidente catalán y quien dirige todas estas insidias, por lo que el Gobierno de España tiene que tomar cartas sobre el asunto y reaccionar de inmediato; detener a este individuo y a todos los que le secundan por traición y sedición, ya que al tomar su cargo han jurado cumplir y hacer cumplir la Constitución que han votado todos los españoles; aplicar el artículo 155 de la misma Constitución y, cuando se les dé alguna financiación, controlar céntimo a céntimo todo aquello que se gaste.

Dicho todo esto, Cataluña nunca fue una nación, por las razones que voy a dar a continuación: En el siglo VI A. C. fenicios y griegos fundaron las colonias llamadas Ampurias, los romanos en el año 218 A. C. formaron Tarraco. Los francos a principios del siglo VIII expulsaron a los árabes y formaron líneas defensivas llamadas condados donde Barcelona ejerció su hegemonía.

El condado de Barcelona se unió al reino de Aragón. Por el matrimonio de Fernando II de Aragón con Isabel I de Castilla en el año 1479 tuvo lugar la unión de los dos reinos más importantes de la Península, aunque conservaron sus propias instituciones.

Pedro IV era un rey culto y refinado pero a pesar de todo esto su reino fue una sucesión ininterrumpida de batallas, luchas y asedios navales,. Dominó las revueltas de los nobles aragoneses, quitó a su primo Jaime del trono de Mallorca y reconquistó las islas de Cerdeña y Sicilia. Después de todo esto en 1356 se lanzó a una guerra, pero esta vez su enemigo era el rey de Castilla Pedro I El Cruel, dando lugar a la llamada guerra de los dos Pedros. Para financiar esta guerra tenía que pedir ayuda, ya que se había quedado sin un real, a las Cortes de Cervera de Urgel (Lérida). Éstos no se fiaban del rey y casi a regañadientes le dieron un suculento donativo a cambio que lo administrara una comisión de 12 miembros, cuatro de los tres estados; acababa de nacer la Generalitat. El obispo de Girona Berenguer Cruilles se le considera hoy su primer presidente.

La Generalitat no fue concebida como una institución permanente. Viendo todo esto, su afán recaudatorio parece gravado en sus genes.

En 1640 los intentos del Conde-Duque de Olivares de unificar el gobierno de los reinos peninsulares provocó el levantamiento de Cataluña (guerra de separación o dels Segadors). Por el tratado de los Pirineos el territorio catalán situado al norte de los Pirineos fue cedido a Francia.

En tan sólo unos años la nueva institución pasó de ser una nueva agencia tributaria a convertirse en una institución política.

Resumiendo sobre todo esto: si no quieren estar en España que se vayan de una vez pero que sepan que Cataluña es España.

Octavio Sánchez Álvarez, Oviedo

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