El pesimismo optimista de Rajoy

El pesimismo en nuestro país ya está en retirada. Así de golpe y porrazo el presidente Rajoy manifestó la semana pasada que España ya va bien y que estamos mejor que el año pasado, 2012. ¡Menos mal!

Son los datos que los populares ninguneaban siempre a Zapatero en el mes de mayo, cuando estaban en la oposición desde 2009 al 2011, referentes a contratos basuras, ocasionales, con salarios miserables del sector servicios y turismo; lo que se llama empleo estacional. ¡Ahora esos datos mágicos de mayo -que disparan la tasa de temporalidad- son la releche!

¿Y ya estamos con ello en la cabecera del crecimiento europeo? Tras esos datos maquillados del desempleo en mayo, ¿hay motivos para la esperanza? No; porque tenemos sobre nuestras cabezas y economías las amenazas de la Comisión Europea para que hagamos los ajustes (deberes), o sea, más impuestos, bajadas de derechos laborales y salarios, atraso en la edad de jubilación y recortes de sus prestaciones futuras... Entonces, no iremos tan bien como quiere hacernos ver Rajoy.

El gobernador del Banco de España, Luis Mª Linde, ganó 81.320 euros entre junio y diciembre de 2012. Y él, muy avaro, ha dicho que había que contratar en casos excepcionales por debajo del salario mínimo interprofesional. Bajar el SMI, ahora 645 euros, es crear más puestos de trabajo, pero en precario. Aconseja también, hipócritamente, que se acelere la reforma de las pensiones a la baja. Mientras sus colegas, y él pronto, cobran millonarias indemnizaciones por jubilación. Sus declaraciones interfiriendo con "recomendaciones" en la economía española, cuanto menos, se pueden calificar de imprudentes, temerarias, tendenciosas y manipuladoras ¡Los sindicatos le dicen que se aplique su receta de salario mínimo!

Esta desvergüenza y falta de ética del gobernador del Banco de España es ampliable a otros grandes banqueros y empresarios sin escrúpulos. Todos ellos priorizan sus ganancias y réditos sobre los 14 millones de españoles parados y otros tantos con contratos muy insuficientes ¡Qué cinismo: aquellos que ganan decenas de miles de euros mensuales sean capaces de articular tan obscenos mensajes a millones de personas que están al límite del umbral de la pobreza!

En los años 90 -ya 25 años atrás- ganar 100.000 pesetas (600 euros) era un sueldo medio profesional decente con el que se cubría las necesidades básicas del gasto familiar y se afrontaba el futuro con optimismo. Pero ahora, ¿para qué da ese salario mínimo interprofesional de 645 euros? Claro, el que lo tenga La carestía de vida supera ya el 200%, los alimentos básicos y educación han triplicado sus costes, y por ejemplo, algunos productos como la vivienda se acercan ya al 400%. ¡Esto es más que un expolio!

La gasolina el litro- ha saltado todas las barreras hasta ascender a un 500%, y "nimiedades varias" como comprar un libro, el jabón de baño y las cuchillas de afeitar, un 300%. Productos propiamente nacionales como el transporte, las carreteras y el alcantarillado, otro 300%. Y no podemos olvidarnos de los gastos en el mundo de la cultura: actividades como el cine, teatro, exposiciones arte y otras están cerca del 400%. Los impuestos (IVA e IRPF) se han duplicado para los trabajadores y para la pequeña y mediana empresa.

Podíamos estar así hasta el infinito con más de 600 productos de consumo ordinario. A última hora hay que añadir la subida de las tasas académicas y la escasez en cuantía y número de becas en Educación. Esto obligará a los jóvenes estudiantes a estar hipotecados con los bancos toda su vida, sin haber comprado aún una casa, un coche o unos seguros. O sea, expoliados y muy pesimistas sobre su futuro.

"Las cosas se han hecho bien y se ha hecho lo que hay que hacer, no había alternativa", ha afirmado varias veces el presidente del Gobierno. Pues sí, señor Rajoy, había y las hay- otras alternativas a la sangrante austeridad y al despido continuado. Por ejemplo, atacar con ímpetu y recuperar los dineros del fraude fiscal (en España llega ya a cien mil millones de euros). Eliminar (como exige la Comisión Europea) los gastos superfluos e improductivos del Senado, comisiones y parlamentos autonómicos, diputaciones, bancos malos, fundaciones públicas inoperantes y refugio de mamandurrias del poder político y financiero, etc... Todo ello sumaría una gran cantidad de recursos económicos para afrontar mejor los gastos públicos de la Sanidad, la Educación (becas fundamentalmente) y las futuras pensiones.

¿Seguirá Rajoy cumpliendo a su manera las promesas electorales del PP, o sea, incumpliéndolas y subiendo impuestos directos e indirectos?

Si es así, debemos recordar al Presidente del Gobierno que el pesimismo sobre nuestro futuro y sobre España. para salir de la crisis y crecer, no se nos pasará fácilmente, sin llevarse tras de sí la sombra de la corrupción. Corruptelas de las que Rajoy y los suyos tanto alardean no tener, ahora, y en la campaña electoral del partido popular en noviembre de 2011.

Angel Lozano Heras

Profesor y Escritor