Amistades asturianas con el Sahara
Se están cumpliendo veinte años de fértil actividad de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui. Al menos de su segunda etapa.
Porque hubo una primera, efímera, con protagonismo de juristas, entre ellos Antonio Masip, pero que tuvo escasa vida.
Hace veinte años, un reducido grupo de activistas internacionalistas convocamos y obtuvimos positiva respuesta para la creación de la Asociación, conocida por Amigos del Sahara, aunque su nombre y formulación fuera "Con los Países del Magreb".
El protagonismo innegable fue de Vallina Ariznavarreta, quien durante 18 años ininterrumpidos fue su vicepresidente, y el que suscribe, con tácito acuerdo de reparto de tareas, se dedicó más a Latinoamérica.
Veinte años es mucho, y deberá la Asociación hacer un recorrido de archivo para poner las cantidades que sustentan las calidades.
¿Cúantos camiones fueron cargados en el taller de Vallina?
Cuántos y cuántas activistas saharauis, incluidos los delegados, pasaron en este tiempo por Asturias, a estudiar, a curarse, a esperar
Cuántos miles de niños y niñas en el programa "Vacaciones en Paz", con sus controversias en la Asociación, sobre si valía la pena o no "exponer" cada año a estos guajes y guajas al excesivo (?) encariñamiento particularizado, incluidas las acciones judiciales contra el intento de "apropiación" de algunos de ellos, pero que tanto apoyo global ha reportado a la causa saharaui.
La Causa saharaui que se sustenta por sí sola, en base a tan flagrante y continuada injusticia.
Hay quienes han valorado muchas de las actividades de la Asociación como "humanitarias". E incluso algunos de los aportes de la cooperación municipal o gubernamental asturiana así han sido clasificados. Qué importa la denominación.pero ¿puede ser "humanitaria" la acción conjunta de apoyo sin fisuras a un pueblo y todos sus derechos, así éstos hayan sido ninguneados por sucesivos gobiernos españoles, o escondidos con incumplimiento reiterado por las Naciones Unidas?.
Cuántos viajes al desierto, propiciados desde la Asociación. Muchos con éxito de relación. Algunos , de concejales de diversos partidos, anecdóticos por el choque de culturas (como aquellos innombrables que llevaron a escondidas sus reservas de alcohol, con absoluto desprecio a los campamentistas), pero la inmensa mayoría sustentando un aporte politico plural, eficientemente asturiano, contradictorio con el distanciamiento estatal del gobierno de turno..
Cuántos comunicados, exposiciones, marchas de calle, concursos de cuentos, fotos y videos, Jaimas en las fiestas, tatuajes de henna, rituales de té superdulce..
Y ahora, entre tantos reconocimientos, el Ayuntamiento de Siero otorga el Premio Internacional DDHH del año 2008.
Y lo hace expresamente al Comité de Apoyo a la Autodeterminación: a quienes en territorio ocupado han sufrido más torturas físicas, cárcel, persecución. A quienes con su fortaleza evidencian más la peligrosa contradicción de los intereses economico-políticos, los que sustentan "la amistad" del Gobierno español con la Monarquía alauita, la venta de armas, el desprecio a la autodeterminación del Pueblo Saharaui, o al menos su derecho a decidirlo en Referendum.
Un Comité y unos protagonistas, que representando a un Pueblo del Desierto le apuestan a la Vida, le contrarían a la muerte decretada por empresarios nada escrupulosos, que siguen apropiandose indebidamente de la pesca saharaui, de los derechos sobre el fosfato, sobre el territorio..
Veinte años de militancias diversas atesoradas en la Asociación Asturiana que logró mantener viva, sin permitir el olvido, la Solidaridad desde nuestra tierra, que comenzó cuando la cooperación apenas estaba inventándose, y que en el recorrido
de acompañamiento puede cuantificarse junto a la intensa Solidaridad con Nicaragua (ahora que se cumplen 30 años de la muerte en combate del cura asturiano Gaspar Garcia Laviana), o a la también permanente Solidaridad con el Pueblo de Cuba y de rechazo al bloqueo yanqui.
Felicidades a las amigas y amigos del Sahara. Gracias mil al Pueblo Saharaui por sus enseñanzas, por su infinita paciencia revolucionaria.
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