Con Celso Peyroux
Había pensado no escribir estas líneas periodísticamente, porque tal vez sea yo el menos indicado, mas no puedo evitarlo. Recientemente en Teverga se ha inmortalizado el nombre de un ilustre general, don Gonzalo González, en la fecha del 1 de junio de 2013, fallecido todavía muy joven, dejando gran dolor en sus familiares y demás teverganos, consagrándole su nombre en la plaza del Ayuntamiento. Arropado el solemne acto con toda oficial y popular dignidad. Con las consideraciones debidas, viene a la memoria el nombre de otro notable buen hijo de esa misma tierra, nos referimos al glorioso escritor y colosal poeta Celso Peyroux, de vivir diferente al citado militar, pero no menos digno, cada uno con sus metas; sugiriendo que al cronista oficial de Teverga, por su familiar y mundial prestigio, se le debe dar también el nombre de una calle o lugar sobresaliente, digno; otorgamiento que sea en vida, no ya después de muerto, cuando en las manos invisibles de la parca todos los mortales somos «buenos». Los reconocimientos son para estimular a quienes los reciben, como es el caso del ejemplar periodista que desde muy joven, hace nada menos que 45 años, se ha ocupado por dar a conocer en letras áureas, ora en prosa, como en soberbios versos, su amada natal patria... Como además bien apunta Ana Paz Paredes acertadamente (LNE 9-6-13): «Infatigable trabajador por la cultura en los valles de Trubia»... Por sus mágicos libros, su magna obra de excelente escribir y buen hacer periodístico, tanto en lo referente al mundo rural, como ciudadano, universal... Ya en mi obra «Palpitaciones poéticas», páginas 185-187, hace siete años le dedicamos un justo reconocimiento, por lo que no deseamos abundar en legítimas apreciaciones; valgan por ende estas ligeras e improvisadas manifestaciones.
Así, consideramos que sea el Consistorio de su querido lugar, encabezado por el diligente alcalde y coterráneos, sus amigos que de verdad le aprecian y quieren, quienes deberán encabezar y hacerse eco de esta sugerente moción, para que en homenaje se le conceda una calle o lugar distinguido a Celso, lo que agradecerán, no lo dudemos, somos hijos de grandes y cavernarias historias, sus milenarios antepasados de Fresnedo, así como «Los hombres del hierro», que actualmente, como en un lejano o cercano ayer, son los mismos mineros, como los cultivadores del campo, que siempre han luchado y luchan, ante los mandamases de siempre, para tener un buen trabajo, placentero hogar, y una hogaza alimenticia, que, día a día, con su familia les queda alimentar... ¡Una calle para el gran Celso Peyroux!... Pues la merece, no dudar.
Heradio González Cano, abogado, poeta y escritor nicaragüense
Oviedo
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