«Peor lo pasé en el Vaticano»
La dimisión de Benedicto XVI fue no sólo por el innegable agotamiento físico y su avanzada edad, sino por otros problemas muy probablemente más importantes dentro del mismo seno de la Iglesia católica, algunos no citables hoy, habidos por el ancho mundo, pero otros dentro de la misma curia vaticana, como ocurrió no pocas veces a lo largo de la historia.
El cardenal de Budapest Josephus Mindszenty, detenido y apresado por el comunismo soviético, no recuerdo si aún actuaba el estalinismo, época tras la Segunda Guerra Mundial, más de media Europa ocupada por tan durísima dictadura, fue sometido a un durísimo juicio del que leí esta anécdota: él negaba las acusaciones que se le hacían, pero el fiscal afrontó la situación con «señor cardenal, lea esta declaración suya y vea su firma». Así lo hizo Mindszenty y contestó: «Ésta es mi firma, pero yo no he firmado esto». Terrible respuesta.
Fue encarcelado. El Ejército rojo se había retirado. Se produjo un levantamiento popular, liberado el cardenal y, como es natural, se produjo otra invasión soviética; el cardenal entró en la Embajada de Estados Unidos en Budapest, con un bloqueo total de la misma para respetar, incluso el Soviet, la extraterritorialidad de la Embajada. Allí permaneció varios años el señor cardenal.
Tras durísimas negociaciones entre Rusia, Hungría, Estados Unidos y el Vaticano, se consiguió redactar un documento especial para facilitar la liberación del cardenal con muy fuerte protección, avión a Italia y pasó al Vaticano, donde estuvo algún tiempo, nada breve. De allí, ya otros tiempos, se fue a Viena, donde (quiero terminar) en una ocasión fue entrevistado por la prensa, interrogándole sobre cómo lo había pasado en la Embajada de Estados Unidos en sus varios años de permanencia. Y fue entonces cuando pronunció la frase «peor lo pasé en el Vaticano».
Evito hacer comentarios sobre tan descriptiva como preocupante expresión y por respeto a la Iglesia, soy católico, sólo digo esto: qué razón tuvo Benedicto XVI, además de su precaria salud, para dejar el Papado.
Josephus Mindszenty murió en 1975. Sus restos fueron trasladados a su tierra. Haciendo yo visita turística por Centroeuropa e informado de que su tumba está cercana a Budapest, allá fui con un nieto joven que me acompañaba; un recuadro descriptivo de su vida y su cruz, rodeado de infinitas banderas, entre las cuales estaba la española. Fue fiel amante de su patria, de la Iglesia de la verdad y de la vida.
José María Huerta González, Oviedo
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