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Ejemplos a no seguir

25 de Junio del 2013 - Emilio López Gómez (Grado)

Erase un país donde los que tenían la obligación de ser ejemplo de transparencia y equidad, rectitud y legalidad, lo eran por su falta de ética y moral.

Pongamos que hablo de un país donde la clase política estaba en el punto de mira de los ciudadanos por el grado de corrupción. Si bien era cierto que no afectaba a todas las formaciones por igual, incluso dentro de una misma formación los había decentes e indecentes, lo desalentador era que los primeros tendían a tapar, disimular e incluso justificar a los segundos. En muchos casos incluso dificultaban la labor de jueces y fiscales para entorpecer el enjuiciamiento de los suyos, pero siempre viendo la paja en ojo ajeno y no la viga en el propio,

Digamos que se trata de un país donde organizaciones gremiales, obreras, bajo sospecha de haberse lucrado de forma irregular con subvenciones que se presumen dudosas, viven de las ayudas estatales al mismo tiempo que ocupan sillones en consejos de administración. El lobo cuidando a las ovejas, o la oveja guardando la guarida del lobo.

Un país donde asociaciones empresariales que deben ser ejemplo de pulcritud en su comportamiento con trabajadores y erario se distinguen por todo lo contrario. Cuando un presidente es condenado por sus prácticas fraudulentas y se aferra al sillón como si en ello le fuera la vida, parte de la cúpula le defiende.

Y sin remontarnos a tal garbanzo negro tenemos la actual situación en nuestro Principado donde el presidente de FADE está siendo acusado por presunto fraude en el IVA y es incapaz de abandonar el cargo para evitar dañar la imagen de la patronal. Es más, consiente, incluso beneficia, una fractura en la Federación Asturiana de Empresarios con la dimisión de algunos y la destitución de otros, mientras el resto vitorea al corifeo.

Y en el clímax de su actuación nombre una guardia de corps a mayor honra suya. La misma persona que pide a la clase política una regeneración que transmita confianza, es capaz de nombrar algún miembro de su junta bajo sospecha de utilizar argucias poco gratificantes para defraudar, presuntamente, a la Seguridad Social en su mini empresa, con jornadas laborales que no se ajustan ni a los contratos ni a las cotizaciones.

El mediocre tiende a rodearse de inútiles para que sus defectos y carencias se vean camuflados, ocultos.

Un país donde el 27% de la población activa está en paro debería ser una olla a presión a punto de estallar, si aquí no ocurre con seis millones de desempleados es simplemente porque más de dos millones de personas vive de la economía sumergida, en la mayoría de los casos gracias a empresarios sin escrúpulos que explota la debilidad humana, la necesidad. Conozco un gremio en el que al menos la mitad, si, como mínimo el 50%, de los trabajadores están sin contrato de ningún tipo y por tanto sin cotizar o como máximo con jornada laborales que no se ajustan a las nóminas, cobrando en negro parte de sus emolumentos. Pregunten, pregunten en cualquier bar, cafetería o restaurante. ¿Sorpresa? No, desvergüenza.

¡País!.

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