La Nueva España » Cartas de los lectores » El corazón de un santo

El corazón de un santo

18 de Junio del 2013 - Diana García García (AVILES)

Asturias tardó un tiempo en enterarse de que fray Melchor había sido cruelmente martirizado en Vietnam, en 1858 las comunicaciones no tenían nada que ver con lo que sucede ahora. A pesar de que nada más conocerse el trágico suceso se intentó traer sus restos a su tierra, los asturianos tuvieron que esperar 31 años. Asturias estaba expectante ante la llegada de las reliquias de su misionero y mártir y el 28 de abril de 1889 Oviedo se engalana para la ocasión: la torre de la Catedral se iluminó con 3.000 luces de colores. Desde entonces en una urna, en la capilla de Nuestra Señora de Covadonga de la Catedral, descansan parte de los restos de nuestro San Melchor, otra parte se encuentra en Manila.

Es ya en el siglo XX, en 1951, cuando tras un largo proceso de investigación y documentación, el Papa Pío XII declarará beato a fray Melchor, cientos de asturianos peregrinaron a Roma para la ceremonia. La visita al Vaticano se repetirá en junio de 1988, cuando al fin el hermano Melchor García Sampedro sea reconocido Santo por el Papa Juan Pablo II. Los detalles de ambas peregrinaciones fueron recogidos en dos excelentes crónicas, la del 51 de Joaquín Bonet y la del 88 por Jesús Porfidio.

San Melchor ha sido el primer santo asturiano, un santo que fue misionero, y por eso fue nombrado patrono de los misioneros asturianos por el arzobispo Gabino Díaz Merchán. Su subida a los altares supuso un importante impulso para las acciones de evangelización de origen astur. Será a finales de los 80 y principios de los 90 cuando se abran dos nuevas misiones patrocinadas desde aquí: una en Benín, que aún continúa, y otra en Ecuador. Jóvenes sacerdotes y religiosas emprendieron en aquella década su aventura de fe y deciden partir de misiones inspirados en San Melchor. De los cerca de doscientos asturianos misioneros que hay en la actualidad once se encuentran en Asia, aunque ninguno en Vietnam.

Fue el 19 de junio de 1988 cuando se canonizó a Fray Melchor, Asturias celebró con entusiasmo aquella fecha, pero la alegría y el recuerdo de nuestro santo se ha ido desvaneciendo en estos años. Se ha recuperado su casa en Cortes, se ha levantado un santuario, hay varias parroquias con su nombre, fue declarado patrón de los misioneros pero San Melchor es un gran desconocido para la Iglesia asturiana.

En su cruel ejecución hubo música, elefantes y caballos. Lo amarraron a unas estacas en el suelo y le fueron cortando todos sus miembros: piernas, brazos y finalmente la cabeza. Se ensañaron con su cuerpo, exhibieron sus entrañas en la ciudad y tiraron su cabeza al mar. Dicen que en la historia de los martirios cristianos es difícil encontrar un ejemplo más cruel que el sufrido por San Melchor. Pero su corazón no lo encontraron.

En la última carta que escribe a su familia fray Melchor se despide diciendo: «Sí, muy queridos hermanos, vivimos todos en un valle de lágrimas. Si servimos a Dios y observamos la Religión, todos seremos felices. Procurad ser, pues, buenos y cumplir fielmente vuestras obligaciones. Jamás dejéis el Santísimo Rosario y jamás hagáis cosa de que os avergoncéis un día. Recibir todos mi corazón y mi bendición episcopal, que os doy desde un rincón de Asia vuestro hijo y hermano que os ama». Y es que no encontraron su corazón porque Melchor García Sampedro nos lo había dado a nosotros, los cristianos asturianos, en nuestras manos está conservarlo. Felicidades, San Melchor.

Cartas

Número de cartas: 46044

Número de cartas en Septiembre: 148

Tribunas

Número de tribunas: 2086

Número de tribunas en Septiembre: 8

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador