La decadencia del peatón
Tal parece en estos últimos tiempos que quien está de más en este país es el sufrido peatón, puesto que da la impresión de que todos coinciden en erradicarlo de la acera, antaño su lugar de tránsito.
En la actualidad, las aceras, antes construidas para su protección, son el lugar por donde ha de tener mayor cuidado al caminar, ya que a los artefactos urbanos como árboles, bancos, papeleras y demás ocurrencias municipales, ahora hay que sortear el invento de las terrazas, que, dicho sea de paso, no son las más peligrosas, debido a su inmovilidad, pero a ellas hay que añadir las máquinas de la limpieza, que últimamente sólo circulan por las aceras y no precisamente tan despacio; los patines, los monopatines, las bicicletas y, en muchos casos, las motos e incluso algunos coches aparcados sobre la acera, además de los perros, hoy tan en uso, y sus correspondientes excrementos.
Hace poco presencié un hecho en el cual un ciclista no se llevó por delante a un señor que circulaba con una silla de ruedas por puro milagro. He de reconocer que el chavalete tuvo la pericia de sortearle por los pelos y en parte gracias a la rápida frenada de la silla de ruedas, quedando a su vez la bici parada frente a un señor que por precaución se sujetó al manillar ¡por si acaso! El chaval liberó el manillar, giró la bici y salió pedaleando como si nada y sin decir adiós ni al diablo.
Hechos de esta naturaleza se están sucediendo casi a diario sin que nadie tome ninguna medida para tratar de evitarlo, antes bien, se les incita a circular por las aceras como medida para su seguridad. Y ¡digo yo!, ¿dónde están las medidas de seguridad para el peatón? ¿O es que lo que se pretende es ir eliminando pensionistas sea de la manera que sea?
No es la primera vez que una bicicleta atropella a un anciano en la acera, en este Gijón donde vivo, y eso lo saben de sobra en el Hospital de Cabueñes. Sin embargo, cada vez sucede con más frecuencia y lo único que hace el Ayuntamiento es facilitarles más bicicletas.
Pienso que la única opción que nos queda a los peatones es circular por el carril de vehículos, pues supongo que con los coches vamos a tener una mayor seguridad, ya que por aquello de los puntos evitarán atropellarnos. Y, además, ahora que según parece la nueva ley les va a obligar a circular por las calles de la ciudad a paso de buey casi les podremos parar con la mano.
Ya lo dijo no sé quién: ¡no hay país como éste!
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