Carta a un profesor de Psicología
De un tiempo a esta parte vienen apareciendo en formato columna y en este periódico unos sesudos escritos de un profesor de Psicología retirado. En ellos se plantea que el tema del aborto es un pecado capital y se esgrimen motivos de defensa del nonato tales como los divinos y apostólicos. Vaya mi respeto a las creencias de cada uno pero sigo sin ver la relación que hay entre presentarse como persona universitaria y formada para acabar hablando por boca de otras instituciones muy respetables pero que representan sólo a quienes las conforman y tengan a bien escucharlas.
El tema del aborto es muy complejo y no hace falta ser una lumbrera para ver que en él influyen aspectos sociológicos, culturales, económicos, biológicos, en fin, personales. La falta de respeto hacia la inteligencia de las personas que se vislumbra en los escritos de Bengoechea es realmente alarmante por lo cicatero, ruín, mediocre y falto de la más mínima empatía. Desde luego que hay casos espeluznantes, en mi periplo laboral a lo largo de unos años ya he conocido casos de menores de edad que antes de los 18 años ya habían tenido varios abortos, realmente espeluznante. pero de ahí a extendernos a todos, su pulcro y santísimo manto de salvación para redimirnos me parece que no procede y menos sin pedirnos permiso. Tal vez su discurso estaría mejor en una publicación de los años 50, pero a día de hoy parece tan obsoleto como el MS DOS. Y es que cuando algunos católicos se ponen con sus mejores intenciones a algunos nos salen sarpullidos. Viva la inteligencia y el amor.
Lorenzo González Catalán, maestro, Oviedo
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