Hay que ver cómo damos la nota con la nota media
No es cierto que algún responsable se preocupe por el futuro del conocimiento. Tal parece como si a nadie le interesara cambiar a la racionalidad. Todo es cuestión de recursos y, obviamente, habrá que establecer límites. Pero para transmitir conocimientos primero habría que investigar y tener a gente capaz de estar al tanto de lo que otros investigan y hacen, para así disponer de tales conocimientos y transmitirlos aguas abajo, y a las empresas que son las encargadas de los logros que nos permitan la riqueza. Luego, por tanto, con recortes en la investigación, ¿de qué becas, y para qué, nos están hablando? Por eso estamos dando la nota con la nota media. Está claro que tras el criterio de falta de recursos económicos del estudiante y su familia (importante realidad que quizá sea la que menos se analiza ocasionando con ello notables injusticias) los recursos públicos disponibles son la clave. Pero no sólo para las becas, también para la investigación y el número de estudiantes por Facultad. Todo esto del conocimiento es como una carrera de fondo por relevos. Hay que conformar un equipo que recorra el conocimiento y lo pase luego a otros como testigo para que corran con él. A más recursos económicos, más logros se consiguen y se transmiten; como consecuencia, se genera riqueza. Pero a menos recursos económicos, menos logros, menos conocimientos y más pobreza. Tener un título universitario está bien, pero a veces es más importante la simple estancia en la Universidad en busca de conocimientos y lograr conseguir un desarrollo ocupacional que permita generar riqueza e incluso conocimientos a transmitir y, también, agradecimiento en forma de fondos al fondo de reserva para becas de la Facultad a la que se quiera favorecer, porque, previamente, ya te ha favorecido de alguna forma.
Para que alguien pueda entrar en la Universidad habría que establecer una selección y, si la cosa va de conocimientos, no va de economía. Por tanto, previa a cualquier selección de idoneidad deberá establecerse la lista ordenada de candidatos a las becas de cada Facultad según sus ingresos. Es decir, realizar esa selección previa por razones económicas y de la vocación que muestre el candidato antes de su admisión por idoneidad. La lista para ser candidato a beca de una Facultad la establecerá un tribunal en cada Facultad, durante el último ciclo previo a la selectividad; estableciéndose así una lista ordenada. De tal forma que, superada la prueba de acceso a la Universidad, se deberá pasar la prueba específica para entrar en una determinada Facultad. El proceso sería que, durante todo el ciclo previo a la Universidad, los alumnos habrían presentado sus candidaturas de beca a varias Facultades y podrían estar, al final, en varias listas como candidatos a beca. Cuando la Facultad les pase su prueba específica de selección, lo haría para seleccionar a los mejores, estableciendo una lista ordenada de los alumnos admitidos (más unos cuantos reservas). Pues bien, todos los admitidos que estén también en la lista de candidatos a beca deberán ser becados. Obviamente podría ocurrir que un estudiante acabara becado por varias facultades, entonces él escogería una y en las demás se correría un puesto. O que hubiera más becados de los previstos, entonces se recurriría al fondo de reserva de becas y al año siguiente habría menos becados, estableciéndose así la media de becados por Facultad.
Cuando un estudiante entrara becado en la Facultad de una Universidad, debería ser muy difícil quitarle la beca únicamente por cuestiones académicas hasta que acabe una carrera. Sólo un tribunal de la Universidad lo determinaría. En ello influiría mucho si el becario estuviese realizando alguna actividad para la propia Universidad (como formar parte de su equipo deportivo). Un becado podría cambiarse de Facultad únicamente si los recursos para becas de la Facultad de destino lo permite, o previo acuerdo económico de facultades, pues los fondos para becas pertenecerían a cada Facultad.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo