Los abusos y la presunción de veracidad
El pasado viernes día 28 de junio, en Gijón, a las 14.00, cuando conducía hacia la oficina de la empresa en que trabajo, en el polígono de Asipo, circulando correctamente y por debajo del límite de velocidad, se sitúa a mi izquierda un vehículo de la Policía Local de Gijón, haciéndome señas para que me detenga, ante mi sorpresa, sin saber a qué se debe tal orden. Paro la furgoneta de la empresa y, se sitúan detrás de mí, se baja un agente y se dirige hacia mi ventanilla pidiéndome la documentación sin decirme a qué se debe tal detención, pese a preguntarle. Aun así, le di mi carnet de conducir y se va sin decirme nada, al rato vuelve y me acusa de ir hablando por teléfono con el móvil escondido en un papel para disimularlo. Me quedo sorprendido e intento explicarle que eso es falso y es imposible, porque el vehículo de empresa que llevo dispone de manos libres integrado en el vehículo con botones de llamada en el volante, y trato de demostrárselo haciendo una llamada, en ese momento me da la espalda sin derecho a réplica y se va. Veo hablando a los dos agentes, como discutiendo entre ellos, y al poco vuelve hacia mí uno de ellos, de nuevo sin dejarme hablar ni decirle nada, me tira la denuncia por la ventanilla y sale corriendo gritando «para la próxima vez llevas las dos manos en el volante» (como para que no tengamos dudas), dejándome en medio de la carretera en doble fila, donde me habían detenido, sin darme paso para volver a circular, anonadado, sin saber lo que acaba de pasar, sintiéndome objeto de abuso de autoridad por las fuerzas del orden, esas que están para defender mis libertades.
En ese momento me dirijo a la Comisaría de Gijón, para intentar dar mi versión, implorando alguna manera de tratar de localizar a dichos agentes para tratar de hablar con ellos, ya que no me han dejado en ningún momento explicarles que es del todo imposible lo que me estaban imponiendo. Un agente en la puerta de la Comisaría me dice que es imposible ponerme en contacto con ellos, y que mi única opción es imponer recurso ante tal sanción.
Durante más de diez años de trabajo conduciendo por Asturias nunca me han puesto una multa, nunca hablo por el teléfono conduciendo si no es con manos libres, por tener no tengo ni una multa de zona azul.
Me siento totalmente ultrajado y chantajeado. El policía local de guardia en la Comisaría me dice que con pronto pago son sólo 100 euros y tres puntos menos. Claro, pero si usas ese descuento asumes que lo has hecho mal, sin capacidad de recurso alguno.
Prefiero donar los 200 euros al comedor social, pero que se me quite esa multa absolutamente improcedente; más bien, a mi entender, puesta para hacer el cupo marcado. Nunca me han quitado puntos, porque siempre respeto las normas de circulación a rajatabla.
Es intolerable la actitud y el trato dado a la ciudadanía por estos servidores públicos. El Ayuntamiento de Gijón debería preocuparse por este tema, que es vox populi; los abusos de autoridad de algunos agentes, que cuentan con presunción de veracidad. Por favor, entren en razón y dense cuenta de que no todo vale por afán recaudatorio, sino más bien al contrario. Sólo sirve frente a una sanción injusta y falsa pagar pronto para reducir la cuantía a la mitad, pues estos señores por ley tienen siempre razón. Si nadie controla a los controladores, estas arbitrariedades hacen que la ciudadanía pierda la confianza en las fuerzas que están no para ultrajarnos, sino para defendernos, y a nuestro servicio.
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