Pedro delgado y el Tour
Acaba de iniciarse el Tour de Francia 2013, que, como muy bien se encarga de mostrarnos Televisión Española, es una prueba deportiva que ni siquiera problemas importantísimos como los de Lance Amstrong, entre otros, hacen desparecer. El Tour además de ser una extraordinaria fuerza demoledora, es una fiebre, una comunión con la piel del paisaje, con la tierra que viaja a través de la historia y mantiene en alto las fotografías en sepia que contemplábamos ya de niños, cuando la televisión no podía seguir la carrera con la magia con la que hoy lo consigue. Sin duda, la televisión y el ciclismo forman una unión perfecta.
El Tour es una prueba ciclista que, sobre todo, consiste en que doscientos o más corredores se deslomen subiendo cuestas y rodando a velocidades de vértigo para que al final gane uno de los favoritos. Durante cientos de kilómetros puede que no pase nada o pasan cosas irrelevantes, pero sí siempre en la culminación de puertos de montaña y las aproximaciones a meta.
Asimismo, creemos firmemente que las tardes del mes de julio no serían lo mismo si Perico Delgado faltara; por lo que fue, por lo que hizo, por cómo lo hizo y cómo lo cuenta. Hay que saber mucho de ciclismo para relatarlo como él lo hace.
Los que vivimos en blanco y negro los años de Federico Martin Bahamontes, y posteriormente de Eddy Merks y Luis Ocaña, entre otros líderes, no podemos rendirnos a la desaparición de este admirable deporte. El Tour es siempre una clásica noticia de las sobremesas televisivas; igualmente que la Vuelta a España, por supuesto. Y en ambas carreras la voz de Perico supone un efecto benéfico para el telespectador. Perico Delgado es el hombre campechano, humilde y cercano, casi de la familia.
Sin embargo, este año Perico ha estado a punto de convertirse en otra víctima de la crisis, pero al fin un patrocinador ha tenido la buena visión comercial para permitir que comente un año más las peripecias del Tour de Francia.
Aunque como decimos ha estado en un tris que no pudiera hacerlo, nos alegramos que no haya sido así porque sin él, somos amplio número los que creemos que el Tour seria mucho menos Tour. Enhorabuena, Pedro.
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