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La autoridad del docente desautorizado

15 de Julio del 2013 - Cristina Fernández Comíns (Gijón)

Es curioso ver cómo en un corto espacio de tiempo se puede tomar la decisión de otorgar a los docentes la categoría de autoridad mientras se realiza un brutal recorte de plantillas para el próximo curso. ¿Para qué necesito autoridad cuando tengo en juego algo mucho más importante, como es la dignidad de mi trabajo? ¿Pedimos a nuestro alumnado y sus progenitores que nos respeten cuando los responsables de las distintas consejerías de Educación y el Ministro en persona nos tratan como mercancía prescindible?

He visto recortado mi sueldo hasta resultar irrisorio, he tenido que desplazarme durante todo el curso a 164 kilómetros de mi casa con una media jornada, he tenido que ir junto con mis compañeros a buscar material de primera necesidad para el colegio pagando de nuestros bolsillos la gasolina necesaria para cubrir los 42 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, he dado clase con un frío gélido durante gran parte del año porque no había dinero suficiente para mantener encendidos los calefactores del colegio el tiempo necesario, veo cómo se aumenta el número de alumnos en las aulas haciendo imposible que puedan tratar sus necesidades como es debido, veo cómo se suprimen plazas de compañeros encargados de apoyar al alumnado con problemas de aprendizaje, leo las previsiones de plantillas docentes para el próximo curso y me encuentro con un nuevo y brutal recorte, así como con un aumento de medias jornadas que servirán para maquillar las cifras de contratación a cambio de aumentar nuestra precariedad, compruebo en distintos medios cómo se trivializa sobre nuestra función y cómo se empiezan a aplicar términos como ratio, porcentajes, productividad, excelencia, resultados... propios de una sociedad manejada por los mercados que se aleja de la importancia del conocimiento y de una educación integral.

¿Me autoriza el nuevo decreto a conseguir que se reconozca mi labor y se dejen de cercenar mis derechos? ¿Me autoriza a ser tomada en cuenta cuando pido que se proteja la escuela pública y todo lo que conlleva? ¿Será ahora cuando se me haga caso al exigir que no haya recortes en educación? Si no es así, pueden quedarse con su decreto de autoridad, porque es tan vacuo como incoherente.

Cistina Fernández Comíns, profesora interina, Gijón

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