Si no hay educación, por lo menos sí se debe exigir rigor periodístico
He asistido estupefacto al serial de noticias (creo que al menos durante cuatro días) publicadas por su periódico sobre el IES Benedicto Nieto de Pola de Lena.
En primer lugar, me ha sorprendido que, aun a pesar de pertenecer al grupo de profesores de dicho IES, me he tenido que enterar por su periódico del supuesto «gravísimo y espeluznante» problema de convivencia en el centro. Sobre todo porque existen cauces dentro del propio centro: consejo escolar, reuniones de la AMPA, entrevistas con equipo directivo y profesores para llegar a acuerdos y tomar soluciones cuando surge un problema que obstaculiza el buen funcionamiento de un centro educativo.
En segundo lugar me indigna, no ya la falta de educación, ya que una carrera no te asegura una buena educación (ésa se recibe y se mama en casa), sino la falta de rigor de la periodista que ha cubierto la noticia. Y me explico: sólo se ha fiado de la visión de una persona, en este caso del presidente de la AMPA y sus acólitos, sin contrastar la información con otros padres o con el equipo directivo o con los docentes. Por hacer una comparación, es como si un periódico se conformase con las opiniones de Isabel Pantoja y Juan Luis Muñoz en las que, evidentemente, van a defender su inocencia, sin contrastarlas con los informes de técnicos de Hacienda, abogados y jueces que participaron en el proceso.
Esto me lleva a pensar que puede que a algunos de sus periodistas o a su periódico sólo le interesen el sensacionalismo y la carnaza. Han visto una noticia con la que obtener beneficios gracias a un posible enfrentamiento entre los miembros de una comunidad escolar. Resulta sospechoso que en un caso mucho más grave como el ocurrido en un colegio privado de Gijón, donde una niña se suicidó, su periódico sí actuó con precaución, de hecho hasta la sexta publicación no se mencionaba el nombre del centro. En cambio, en el caso de nuestro IES en la primera noticia, en el titular ya se mencionaba el nombre del instituto.
No sé si el fin justifica los medios, pero dando publicidad a la opinión de un grupo minúsculo se ha ensuciado a todo un concejo y a un centro escolar del mismo. Supongo que las dos personas interesadas en airear esta noticia (presidente de la AMPA y periodista) no han pensado en estas consecuencias. Como siempre, el afán de notoriedad y protagonismo se impone al bien común.
También he echado de menos a esta periodista en nuestro centro la semana pasada, cuando se supo que todos nuestros alumnos había obtenido un 100% de aprobados en la prueba de la PAU. No me extraña, ¡qué aburrimiento y qué tedio un grupo de alumnos que estudian y aprueban los exámenes! Esto, indudablemente, no vende, pero, ¡vaya contradicción! habla bien del concejo y de la comunidad educativa de Pola de Lena.
Por último espero que LA NUEVA ESPAÑA no haya dado un giro en su línea editorial y ahora se centre, al estilo de deplorables programas llamados del corazón o rosa, en el sensacionalismo y el cotilleo. Sorprende que en sus editoriales, sobre todo desde que estalló la crisis, hable de la necesidad de unión entre los asturianos, de aunar esfuerzos y voluntades para superar la situación actual y, en cambio, en este caso, sin rigor ni labor de investigación, una periodista se convierta en voceador o altavoz de una única persona y su visión de los hechos.
Quisiera terminar con una última reflexión: mucho se habla hoy de la crisis del periodismo en nuestro país debido a la falta de lectores, y aunque sí es verdad que a veces es debido a la falta de interés por la lectura de parte de la población, otras se debe a que muchos lectores no encontramos en este país un medio informativo riguroso, objetivo que nos informe sin contaminaciones de diferente índole: ideológicas, sensacionalistas o económicas. Y este tipo de noticias, la verdad, no incitan a informarse a través de su medio, ya que en su elaboración se han conculcado las reglas más básicas y esenciales de los medios informativos.
Cristian Longo Viejo
Oviedo
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