La Nueva España » Cartas de los lectores » La crítica fundada

La crítica fundada

19 de Julio del 2013 - José Luis Lafuente Suárez (Oviedo)

Sin ánimo de entrar en más polémica en relación con los cambios geográficos de sacerdotes efectuados por el arzobispo don Jesús Sanz, cuyo enfoque más certero entiendo que lo ha abordado estupenda y claramente don Esteban Greciet en LA NUEVA ESPAÑA del 9 de julio, sí que me gustaría, ahondando un poco en ese espíritu que apunta, recordar -recordarnos- a todos los católicos que la formación permanente (Ex. Ap. Christifideles Laici, 57) es fundamental en el continuo proceso personal de maduración en la fe, que, naturalmente, no termina sino que empieza en la catequesis que se recibe para la primera comunión (desgraciadamente para algunos es la primera y la última, precisamente por malentenderla); que pasa por entender que todos los carismas dentro de la Iglesia colaboran al bien común, cooperando en su diversidad y complementariedad (Lumen Pentium, 12), y por supuesto por conocer los documentos que de una u otra manera constituyen el depósito de la fe que proclamamos.

Precisamente un documento del Concilio Vaticano II, el Decreto Presbyterorum Ordinis, sobre el ministerio y vida de los sacerdotes, afirma en su conclusión y exhortación que los guías del pueblo de Dios caminen por la fe, siguiendo el ejemplo del fiel Abraham, que por su fe obedeció y salió hacia la tierra que debía recibir en herencia, pero sin saber a dónde iba, desarrollando una caridad pastoral que, obrando en esa misma comunión (jerárquica), consagre la propia voluntad, por la obediencia, al servicio de Dios (15), unidos a su obispo con sincera caridad y obediencia (7), por lo cual los presbíteros de las diócesis más ricas en vocaciones han de estar prontos a partir con el permiso o invitación de su ordinario a ejercitar su ministerio en regiones, misiones u obras que padecen penuria del clero (10). Más, por tanto, si se trata del desplazamiento en la misma región, ¿no? Ni los sacerdotes son los dueños de las parroquias, ni los fieles son los propietarios de los presbíteros. Cierto que también el obispo puede equivocarse, pero creo que lógicamente sus actos merecen gozar de una presunción de búsqueda del bien común, cosa que, sinceramente, pienso que se ha tratado de negarle.

Esto no quiere decir que yo no invite a los laicos a ser críticos; a ser críticos, sí, pero no criticones desconociendo las razones de las actuaciones, pues, como afirma Benedicto XVI (Caritas in Veritate, 2, in Fine), se ha de buscar, encontrar y expresar la verdad en la de la caridad, pero a su vez se ha de entender, valorar y practicar la caridad a la luz de la verdad.

Cartas

Número de cartas: 45270

Número de cartas en Mayo: 114

Tribunas

Número de tribunas: 2045

Número de tribunas en Mayo: 7

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador