En la Catedral de San Salvador

El presbítero titular de la gijonesa parroquia de San Lorenzo y arcipreste de la ciudad don Herminio González Llaca, junto al párroco de Santa Leocadia, don José María Cantera Álvarez, acompañó al altar, como su asistente, en la Catedral de San Salvador de Oviedo en el día 8 de junio, festividad del Inmaculado Corazón de María, al nombrado por bula pontificia del Papa Francisco nuevo obispo auxiliar de Oviedo el sacerdote asturiano, de Grado, don Juan Antonio Menéndez Fernández. El canciller del Arzobispado leyó las llamadas letras papales en presencia del Nuncio -embajador- del Vaticano en España, Mons. Renzo Fratini, y del arzobispo de Oviedo, el franciscano madrileño Mons. Jesús Sanz Montes presidiendo el proceso ceremonial, presentes obispos asturianos, además de su Emc. Francisco Álvarez Cardenal, arzobispo emérito de Toledo, el auxiliar de Madrid Mons. Juan Antonio Martínez Camino, también asturiano Mons. Atilano Rodríguez Martínez, Obispo de la de Sigüenza-Guadalajara, y por destacar entre otros prelados a Mons. Elías Yáñez, arzobispo emérito de Zaragoza. Me relataba don Eduardo Gordón Badiola cómo tambíén ha sido uno de los obispos más queridos entre sacerdotes y fieles Mons. José Sánchez González, auxiliar en Oviedo durante 12 años de Mons. Gabino Díaz Merchán.

El Papa Bergoglio nombró a Mons. Menéndez como obispo titular de la antiquísima diócesis de Nasai, hoy abrogada, que se encontraba en territorio actualmente argelino; este es un honor habitual, no práctico, en las designaciones de auxiliares, como también lo es el de capelo o galero también llamado sombrero saturno en color verde de los obispos con 2x6 borlas del mismo color, cuyo uso realmente fue fue abolido por Pablo VI en 1969 pero aún se mantiene en la heráldica episcopal. Llaca, emocionado, me cuenta que Menéndez y él pertenecen a la misma promoción sacerdotal y fueron ordenados diáconos en el Seminario de Oviedo por Mons. José Sánchez un 8 de junio, de ahí precisamente haber elegido este aniversario como el de su consagración episcopal. Menéndez posteriormente fue ordenado sacerdote por Díaz Merchán en Villalegre.

En esta intensa semana de actos, el primero en Covadonga tras la consagración episcopal, en conversación con Javier Varela y Cordeiro del Rest. Cabranes, rememorando en el recuerdo de la realidad clerical, ilustrando la reciente historia caballo entre el siglo XX y el XXI, de la Iglesia asturiana, particularmente de la gijonesa, viene al recuerdo el hecho del bautizo de Mariola y años después de su boda precisamente celebrada por Eduardo Gordón Badiola, que funda en Gijón la parroquia del Buen Pastor. Gordón es trasladado a la de San Lorenzo y Atilano Rodríguez, que había sido secretario particular de Yáñez, recibe el encargo de la del Buen Pastor. Díaz Merchán traslada al que era el vicario general de Oviedo Javier Gómez Cuesta a la parroquia de San Pedro a la muerte de don Boni. El Papa Juan Pablo II nombra a Atilano obispo de una diócesis que ya se temía por su desaparición, la de Ciudad Rodrigo, y nombra uno nuevo en Asturias siendo arzobispo Carlos Osoro Sierra -actualmente arzobispo de Valencia-, que como vicario general de la diócesis de Santander había tenido un contacto habitual con Díaz Merchán, en la persona de Raúl Berzosa. En el retiro canónico de José Sánchez de Sigüenza le ha sustituido Atilano y a éste Berzosa.

El aspecto eclesial más importante, que constituye su relevancia académica, es que don Juan Antonio Menéndez Fernández tiene dos licenciaturas académicas por la Pontificia Universidad de Salamanca, una en la de Eclesiástica y la otra en la de Derecho Canónico, lo que le llevó a ocupar un tiempo en Oviedo el Vicariato de Asuntos Jurídicos.

El nuevo auxiliar de Oviedo, como sucesor de los Apóstoles, en su consagración episcopal recibió los atributos y los símbolos de su cargo clerical correspondientes en el anillo conciliar episcopal conteniendo una astillita de Lignum Crucis, regalo de Sanz Montes, a continuación se le entregó la mitra, que rememora la antiquísima cinta ceñida a las sienes por los sacerdotes del dios Mitra en Persia -el Sol, que es Jesucristo- pagada personalmente por los miembros del Consejo Presbiteral asturiano. Díaz Merchán le obsequiará con -que demuestra la pobreza de esta gran personalidad religiosa- la cruz pectoral que le regalaron los fieles asturianos el 21-09-94 con motivo de su 25.º aniversario como arzobispo de Oviedo, una reproducción de la Cruz de la Victoria que enarboló el rey Pelayo en la batalla de Covadonga, inicio de la existencia de nuestra patria. Los sacerdotes asturianos le harán entrega del báculo que es el símbolo del callado del pastor, éste, el de Menéndez, es de madera, con la voluta en plata con la heráldica por él mismo elegida con el lema Santificetur Nomen Tuum -del Pater Noster-, la oración que enseñó Cristo, el Ungido, a sus Apóstoles.