La mano que mece la cuna
Que los recortes se están usando como excusa para suprimir derechos fundamentales es un hecho; que además se están cebando en este momento en el sector público es una realidad cada día más patente.
Somos padres desde hace diecisiete meses y una semana; padres, por suerte, con trabajo, que no es poco, con la que está cayendo.
Siempre tuvimos claro que nuestra hija iría a la guardería, aunque lo difícil viene cuando tienes que dejarla allí, en manos extrañas. Es un trago muy amargo. ¿Que los niños no se enteran? Pues claro que sí, a pesar de lo que piensen los políticos (que, por lo que se ve, no tienen hijos) son seres vivos que sienten, piensan y que necesitan de extraordinarios cuidados. No se trata de ir a un sitio en el que les limpien el culo y les den de comer, 0 a 3 es una etapa fundamental en el desarrollo del individuo y es necesario contar con personas que sepan estimularlos, sí, pero sobre todo que den afecto a los niños y confianza a los padres. Nosotros nos hemos encontrado en la Escuela Infantil de la Florida con unas profesoras, sin duda, pero sobre todo con unos seres humanos excepcionales y con un apoyo durante todo este durísimo año que me es imposible agradecer con palabras. Las hemos visto currar de lo lindo, echar más horas de las debidas, preparar graduaciones, fiestas; adornar esa escuela con una imaginación y un cariño que siempre te hacía salir de allí con una sonrisa.
Siguiendo la tónica en la que estamos inmersos, este trabajo se les agradece con una reordenación de las escuelas de todo Oviedo que va a poner a once personas en la calle y a reducir la jornada a otras cinco. Para qué recortar de dietas, coches oficiales y prebendas varias, pudiendo ir al eslabón más débil de la cadena. Siempre a por el trabajador; no sólo las profesoras de la escuela, también los padres y madres que pagan por dicho servicio. Pues claro que sí, es una estupenda opción: estamos viendo a políticos gestionando de forma más que chapucera saliendo indemnes, pero para un trabajo bien hecho el premio es el despido.
El personal es lo más importante siempre, en una empresa, en un hospital, en una escuela... De la sintonía del equipo depende el éxito o el fracaso de un proyecto y eso imagino que sí lo sabrán ellos, que todo lo ven con criterios económicos. Estas personas son el alma, el espíritu, el corazón. ¿De qué valen unas espectaculares instalaciones si no hay alguien que coja en brazos a nuestra hija cuando llora? Ellas son las que están criando a nuestros hijos, nada más y nada menos; son las que pasan el tiempo con ellos cuando nosotros no estamos. No puedo imaginar un trabajo más importante que ése. Y ya que ellos no lo van a hacer, quiero dar las gracias a Lluna, a Lucía, a Andrea, a Arantxa, a todas las demás profesoras y al director. También queremos deciros que nosotros, como padres, estaremos para lo que haga falta y estamos dispuestos a hablar con quien sea, porque sabemos que nuestra peque no podría estar en mejores manos que las vuestras.
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