Falsos mitos
Que no conviene idealizar en exceso a nadie. Pues difícilmente se puede mitificar a alguien que en realidad sea tan ejemplar en todo, como se llega a creer, algo atribuible con frecuencia a determinadas a edades al buscar un nexo con determinada gente, un entendimiento de la vida y tal vez una proyección personal. Que con el tiempo suele resultar esta imagen del encuentro con uno, menos resultante como alternativa a los problemas que en un principio todo el mundo puede tener. Pero el verdadero encuentro con uno es cuando prevalece tu persona por encima de prototipos o de alguien a quien se tiene encumbrado que puede no compartir o perseguir intereses reales de uno, y que a lo mejor no resulta tan fiable como uno puede llegar a suponer. Cuando en realidad habría que responder a lo que uno es y va siendo en el buen entendimiento de uno. Ya que por maravilloso que aparente ser nadie o la vida de alguien, no deja de resultar humana, y lo humano está muy alejado de lo divino, por mucho que se pretendiese divinizar, por lo que no dejan de ser falsos mitos. Y lo humano, por perfecto que sea, no deja de ser imperfecto, y, por otro lado, nadie debería renunciar a quien es en realidad, lo que supone pensar, decidir y obrar por cuenta propia. Pues perecería el encanto de su ser.
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