La Barca arde en la red, de nuevo
Se acerca agosto y con ello las fiestas de ¿Navia? Si las alejamos unos centímetros más pasarían casi a ser las fiestas de Andes. Caminar por el pueblo la noche del 15 de agosto, el día grande, es como pasear por un desierto donde los bares carecen de clientela y ambiente. Días de fiesta fantasma, sin vida, ni ánimo desde el año 2008 que se hicieron por primera vez en la explanada de la Granja, alejadas de todo y rompiendo lo que históricamente habían sido los festejos de la villa. Se pierden las ganas y el compromiso por parte de los socios de Sofinavia que en su mayoría piden a gritos que las fiestas vuelvan a ser donde siempre han sido, porque no queremos que nos sigan cayendo los fuegos artificiales en la cabeza, que han perdido toda su magia y encanto tras el cambio de lugar, o por lo menos no lo queremos sin haberlo decidido así. Qué difícil es cambiar las tradiciones de un pueblo y que rápido se ha hecho sin preguntárselo, sin dialogarlo, sin exponer un argumento que contente a los vecinos de la zona por el interés personal que se mueve entre la dirección y el ayuntamiento. El año pasado en este mismo periódico se publicaba un artículo "La Barca arde en la red" tras el despliegue de la plataforma ciudadana en facebook que reflejaba el descontento que los naviegos manifestaban, desde los más pequeños hasta los más mayores, incluidas cuentas de la hostelería de la villa con una opinión que concuerda con la mayoría de la población de la capital del concejo. Ese dinero que cada uno de nosotros aportamos para celebrar unos días de fiestas queremos que sean como a nosotros nos gustan, esto ha llevado a que muchos socios abandonen su colaboración y desinteresarse de algo que al fin y al cabo nos compete a todos los ciudadanos. Los mercados y las celebraciones no funcionan fuera del pueblo y eso se ha visto apoyado en la nueva página creada la noche del lunes, que en menos de dos horas ha superado los 200 me gusta y ha abierto un despliegue de comentarios intentando buscar una alternativa para no acudir este año al exilio de la Granja. ¿Pues quien ha decidido por nosotros?
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