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Rodiles, ¡menudo negocio!

30 de Julio del 2013 - María Á. Noval Fonseca (Pola de Siero)

Rodiles es la playa que todo municipio quisiera tener. Un precioso arenal en una Reserva Natural, ría incluida. Tranquila, sin peligro; para playeros, para surferos; grande, muy grande. Capaz de acoger un fin de semana soleado a cientos de personas que, de un modo un tanto caótico, sí, acababan por encontrar sitio para, simplemente, disfrutar de un día de playa (gratis, ¿eh?).

Rodiles lo tenía todo. Sólo había que gestionarlo. El enorme eucaliptal, formado como su nombre indica por eucaliptos, no carbayos centenarios o venerables castaños, eucaliptos de esos que en otras partes de Asturias se quieren erradicar por invasores y dañinos para nuestros suelos, daba sombra a quienes querían instalar su coche, su mesa y sus sillas, su nevera, al abuelo al que no es recomendable poner al sol o al bebé en su sillita, justamente por lo mismo. A quienes van a la costa pero no gustan de toallas o arena. Y sí del tute, el parchís, escuchar los partidos en la radio o la siesta o la lectura. A la sombra.

¿Que se quería dejar la parte colindante con el arenal despejada? ¿Que se querían instalar mesas de madera? ¿Que eran necesarias pasarelas y accesos hasta la playa?

Vale. Había espacio para todo.

Con coger una franja de 35 metros, la más próxima a la carretera y entresacar algunos eucaliptos, se conseguirían dos hileras enfrentadas para vehículos organizados de la misma manera que lo están en el moderno aparcamiento que hoy se ha cargado las praderías existentes al sureste de la playa, en las que podrían aparcar organizadamente, como quiere el Ilmo. Sr. Alcalde para bien de todos los asturianos y asturianas, maliayeses y foriatos y también visitantes de otras regiones, unos 900 vehículos. Voy a regalarle 100 al Sr. Alcalde. 800. Y a la sombra. Y desde el cielo, invisibles (corrección medioambiental). Y más del doble de arbolado libre hasta la arena.

Y a dos pasos del coche podrían instalar su dominguera mesa de playa, la de toda la vida, con sus sillitas y su nevera, sin caminar penosamente medio kilómetro desde el nuevo y próximamente pesetero parking para llegar a la sombra y encontrar las atrocadas. ¿Qué hemos conseguido? La gente comiendo el bocata entre la arena o en el parking, entre los coches. Calidad de vida. Pasmo para los turistas. ¿Vergüenza para nuestros gestores? Esos comen en el chalé, a un pasito de la playa).

A esas 800 sumamos las de la carretera y las de los dos aparcamientos que para bien o mal hoy ya existen y asunto solucionado.

Pero no, claro. Que es gratis.

Villaviciosa es un desastre. Vive en gran parte del turismo pero no sabe gestionarlo, ni atenderlo, ni mimarlo. La gente que va a la playa no para en la Villa, no. Qué va. Aunque no me extraña.

La Villa tenía dos regalos que serían un lujo para cualquier ayuntamiento y los ha desperdiciado sin más. El aparcamiento del centro del pueblo que organizado, con arbolado, gusto e idea solucionaba el primer obstáculo con que se encuentran todos los municipios y que aquí estaba a güevo, un regalo del cielo. El aparcamiento hoy convertido en ¿parque?, ¿zona verde? Llámelo como quiera. Yo, falta de visión y previsión.

Y Rodiles.

Rodiles se llena con esos tropecientos mil vehículos y personas que no sé de dónde saca quien los cita (que sí, un domingo soleado de agosto son muchos, muchísimos, pero no tantos. Coja una calculadora, dé un paseo, cuente coches y eche números) cuatro días (buenos) de verano. Que aquí, por desgracia, el verano son cuatro días.

Facilite, Sr. Alcalde, que se haga. Invite a la gente a parar en la Villa a la vuelta. Y verá si se notan los turistas o no. Atraiga, no espante.

Pero no. Cobramos 3 euros por aparcar en un momento en que precisamente lo único que le queda a mucha gente es ir a la playa un domingo. Y no sumamos aparcamientos, no. Restamos.

Seguro que ahora habrá dónde aparcar. Porque muchos dejarán de ir. Y otros muchos, de parar en Villaviciosa a la vuelta. En cuatro días, ahorra en salvamento porque va a hacer falta la mitad.

Invertimos a la inversa.

Rodiles es un lujo. Una suerte. Un regalo. ¿Que atrae gente? Aprovéchelo. Pero no de esa manera. Gestione, hombre, gestione. Facilite. Atraiga. Publicite.

No sea tan simple que se limite a cobrar por aparcar. Diciendo, encima, que es para nuestro bien.

Yo invito a la gente a no ir. Puestos a pagar hay playas que cobran menos. Todas. Y los que vayan, que lleven un billete de 50. Todos. Paramos la autovía esperando el cambio. Sólo en señal de protesta.

Y que pare en la Villa el Alcalde y quienes le apoyan. Hay más sitios. Hasta que gestionen pensando en los ciudadanos, no en el negocio. Los negocios están en el pueblo, no en la playa.

P.D. Los números, los metros y las plazas no las invento. Entre en SIGPAC, mida y calcule. Reorganiza sin cobrar cualquiera (que tenga interés en ello, claro).

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