¿Será una balada triste la del Presidente?
Cuando quedan escasas horas para que Mariano Rajoy acuda al Senado, reconvertido en Parlamento por las obras de acondicionamiento que se están llevando a cabo, los datos económicos siguen marcando una línea positiva a la que sin duda se asirá el presidente para tratar de salir vivo de la encerrona del caso Bárcenas. Por su parte la ministra Fátima Báñez, la que confía en la Virgen del Rocío, acaba de manifestar en Asturias que España marcha por el buen camino y aprovechará de paso para ofrecerle al jefe un respiro con las listas del desempleo. Pero, nos preguntamos, ¿todo ello será suficiente?
La mayoría de los españoles albergan muy serias dudas sobre la deriva del caso Bárcenas y lo que implica de supuesta financiación ilegal, sobresueldos, sobres y otras menudencias. En un momento de austeridad y de cinturón apretado, la relevancia de los hechos, lógicamente, crea mayor indignación en el común de los mortales que económicamente apenas llegan a fin de mes.
Seguro que Rajoy no va a desvelar muchos más de lo que ya se sabe. Va a resumir todo ello en que un delincuente (Bárcenas), ha robado al partido 48 millones de euros que se sepan y que nunca, y bajo ningún concepto, él ha recibido sobresueldos ni sobres en B.
Echará en cara a la oposición que haya intentado aprovechar las declaraciones de un malhechor para acosar y derribar un gobierno con mayoría absoluta, y luego puede que cuente que España no va bien, pero va mejor y que a finales de año comenzaremos a salir de la recesión económica. Su intervención será larga y quizás algo más lenta y pesada que de costumbre, para que los que sigan el discurso por televisión o radio desistan de quedarse hasta el final porque la playa espera.
El presidente pues tiene en su mano reconquistar la estima de la ciudadanía por la política, y a la vez recuperar el reconocimiento de su propia presidencia. Pero mucho me temo que continúe sin querer aceptar la lección y se aferrará a verdades a medias y a mentiras a media jornada. Si es así, los españoles no nos lo merecemos.
Es indudable que Rajoy barrunta que otra mayoría absoluta va a ser muy difícil de obtener y se esforzará, eso sí, por no perder demasiados votos más. Escuchemos pues con atención lo que dice hasta el final.
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