Mi ictus
El pasado 15 de julio ingresé por urgencias poco después del mediodía y después de todas las valoraciones y pruebas pertinentes se me diagnosticó un ictus, tras lo cual se decidió dejarme ingresada. Me llevaron a la planta 7 del Hospital General, en el edificio A. Desde el minuto uno en que entré en esa planta todo fueron buenas caras y buenas palabras hacia mi persona; por eso el motivo de esta breve carta no es otro que dar las gracias a todos los profesionales que me atendieron, empezando por el personal de urgencias, que en todo momento fue excelente, y siguiendo por el personal de la citada planta 7. Quisiera dar las gracias de corazón a todos, empezando por las limpiadoras y acabando por ATS y enfermeras. Sé que esto puede sonar a tópico pues tanto las personas mismas a quienes están dedicadas estas líneas como el resto de lectores dirán que es su trabajo. Y seguramente sea cierto, pero yo no puedo por menos que repetir que les estaré eternamente agradecida por el cariño que todos me mostraron. Un gesto que, en estos tiempos, nos permite mantener la confianza en el buen hacer de los demás. Por ello, una vez más, mi más sentido agradecimiento hacia ellos. La paciente de la 776A.
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