Al «Adelantado de Llanes»
Ilustrísimo señor don Ignacio Gracia Noriega, «Adelantado de Llanes», titulación merecida como el de Avilés, conquistador de La Florida; fecundo escritor. Leyendo en Siglo XXI (LNE) tu mapa literario de Asturias (IV), al leer el histórico «recorrido por la Arcadia de Palacio Valdés...» que magistralmente describes, como todo lo tuyo, has traído a mi memoria el recuerdo de hace 34 años, cuando por primera vez pisaba la querida tierra de Laviana y, de manera especial, la cumbre de Canzana, sita muy cerca de la cuna del noble hijo de Entralgo. Llevaba solamente cuatro o cinco meses de haber arribado otra vez a las Asturias, a Oviedo, junto con mi esposa carbayona, Mari Carmen, desterrado, después de haber sufrido la pasada guerra civil sandinista de Nicaragua y sólo con lo puesto... Un familiar nos había invitado a visitar «la aldea perdida»... Después de haber degustado una exquisita fabada en el restaurante del señor Arsenio, muy complacido y nostálgico a la vez, me llevaron mis pasos hasta una cerca, desde donde totalmente se contempla un arrobador paraje, donde el río Nalón serenamente se enseñorea besando por un costado a su amada Pola..., cuyo «destino andar / cual eterno caminante, / y sigue fiel adelante, / a fundirse con la mar», tal los eternos versos de Martínez, Emilio, o los de su otro histórico cantor, «Desde Tarna hacia la mar», del siempre poeta inspirado Albino Suárez... Todo ello, inesperadamente, hizo que mis ojos humedecieran en lágrimas, pues sentía tener muy cerca a mi lejano gran río Matagalpa de mi pasada niñez y adolescencia, ese mismo otrora tan caudaloso que en la desembocadura a Cristóbal Colón le hundiera una de sus barcas...
Por eso, calladamente, me dije: si pudiera trabajar en estos suelos, seguro que desterraría mi dolor patrio de ausencia... Y año y medio después, con buena fortuna profesional, lleno de felicidad, la cara triste de ayer sonreía en el siempre inolvidable igual sitio, donde he tenido la gran dicha de conocer y tener con verdadero cariño amistades que me estiman, muchas, por desgracia, ya se han ido para siempre, pero no de mi corazón, donde viven mientras con 78 «primaveras» ya cumplidas siga en su palpite.
Para concluir, cordial amigo «Adelantado», permita que le haga una pregunta: ¿le suena el nombre de un señor gallego que se llamaba Francisco Franco y que se casara solemnemente en San Juan el Real con una señora de nombre Carmen...? Pues en esa misma santa iglesia, este próximo día 20 de agosto del año 2013, quien te escribe cumplirá 50 años de haberse casado con otra Carmen; cuando algunos que asistieron a la boda, después del festejo en hotel céntrico, tras cataratas de champán, la mayoría compañeros hispanoamericanos estudiantes, auguraban a los recién casados de esta suerte: el Matagalpa-Chorotega, Heradio, que empina mucho el codo como nosotros, al año..., separado... Ya ves, amigo Ignacio... ¡se equivocaron! Te abraza un lector tuyo perpetuo, que está esperando que, a quien corresponda, consagre tu ilustre nombre con el merecido título de ¡cronista oficial de las Asturias! Con disculpas a otros valiosos escritores, ¡lo mereces!
Heradio González Cano, abogado, poeta y escritor nicaragüense
Oviedo
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