Los verdaderos culpables de la tragedia ferroviaria
Una vez más España viene a mostrar el lado más egoísta, cobarde, cruel, desgarrador e inhumano de nuestras instituciones y políticos, cuando más de doscientos seres humanos han tenido que sufrir en silencio la muerte o lesiones ocasionadas en uno de los más siniestros accidentes ferroviarios de nuestra historia. Todos estos caballeros y señoras investidos por la autoridad de sus cargos y unos salarios económicos que podrían mantener a cientos de mileuristas esclavizan a las víctimas de tan vasta tragedia, secuestrando y manipulando la información en forma de dilaciones en la investigación y el lanzamiento de bengalas informativas -el conductor del Alvia es el único responsable, en peligro los contratos internacionales de Alta Velocidad para las empresas licitadoras españolas-, para erigirse en salvadores de los intereses empresariales españoles en sus proyectos internacionales y conseguir los favores correspondientes que les permitan evitar asumir sus responsabilidades políticas y administrativas en tan vasta tragedia humana y con ello perpetuarse en sus cargos para único regocijo de sus intereses personales.
Desde una perspectiva jurídica, el proceso penal abierto no tiene más dificultad que verificar tres cuestiones tan básicas como fundamentales: 1) la declaración del conductor, 2) la caja negra del tren y 3) el grado de cumplimiento de los pliegos de condiciones de los contratos públicos relativos a la infraestructura viaria y sistema de seguridad de la misma y su puesta en funcionamiento, todo lo cual permitirá determinar con rapidez y precisión prusiana las responsabilidades penales y civiles correspondientes.
Abogados Contra la Corrupción se une a las condolencias y pésame manifestado por la sociedad española y solicita públicamente a las instituciones y autoridades que asuman de forma inmediata sus responsabilidades políticas y administrativas que se puedan derivar de tan vasta tragedia, garantizando la transparencia e investigaciones del proceso judicial abierto que permitan determinar las responsabilidades penales y civiles en el menor tiempo posible.
Nada ni nadie puede consolar ni compensar los daños causados a estas doscientas familias, que se han visto inmersas en una tragedia que tiene su origen en los peores rasgos de la naturaleza humana -la corrupción institucional, su cobardía y la protección de sus exclusivos intereses personales y económicos-, por lo que el único homenaje posible para quienes han tenido que pagar con sus vidas de forma precipitada e involuntaria las facturas que solamente corresponde abonar a quienes nos han hurtado nuestra seguridad y bienestar es la determinación exacta y precisa de los verdaderos responsables de la tragedia.
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