La «memoria histórica»
La «memoria histórica», parece, debe ejercerse, única y exclusivamente, para uno de los bandos, al otro ¡ni agua! ¿Es la pataleta de los vencidos? Quizá. No lo sé, pero dejemos esto porque hoy mi historia no va por esos derroteros.
Vemos que en Castrillón se le quita a Franco la medalla de oro del concejo; que en Noreña familiares de las víctimas piden se haga «memoria histórica» y que a Camilo Alonso ni calle. Y así un muy largo etcétera.
Bien, veamos lo que el gran poeta trágico griego Sófocles, nacido en Colona (aldea del Ática), autor de «Antígona», «Edipo rey», «Electra», «Ayax» y otras muchísimas obras, dijo sobre la «memoria histórica» esto: «¿Para qué afligirse por el pasado? Es imposible cambiar aquello que ya no es». Y Francis Bacon, político inglés y genio de la filosofía práctica, esto dijo: «Calumnia con audacia, siempre quedará algo», a lo que también añadió: «La Historia es la ciencia de los hechos». Jaime Balmes, filósofo español (1810-1848), claramente nos manifestó: «No es tolerante quien no tolera la tolerancia». Honoré de Balzac (1799-1859), novelista francés, para recordarnos actos previos a las elecciones generales de 2008, nos aclaró: «Sólo los necios se ríen de lo que no entienden». ¿Recuerdan el debate Solbes-Pizarro? Pues Solbes... Napoleón Bonaparte nos espetó: «El poder absoluto reprime y selecciona las ambiciones, la democracia las desencadena todas sin examinarlas». Como final, uno cualquiera entre los citados, Honorato Riquetti, conde de Mirabeau, el más célebre y famoso orador de la Revolución francesa, que nos dejó esta frase: «Gobernar demasiado es el mayor peligro de los gobiernos».
Bueno, ¿para qué más? La historia es la historia y no hay quien la cambie, por mucha memoria histórica que se quiera tener, lo cual saben muy bien todos los ovetenses, pues ahí tienen la plaza de la Escandalera, a la que le han puesto miles de nombres y... ¡toda la vida, para siempre, continuará siendo La Escandalera!
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