¡Adiós, Ribadesella, adiós!
Ahora que ya ha pasado unos días y mis ánimos se han calmado, quiero escribir estas breves líneas para protestar sobre el arbitrario desalojo sufrido el día 3 de agosto en el área recreativa de La Moría en la localidad de Ribadesella: la fuerza municipal de refuerzo establecida para el Descenso del río Sella procedió a desalojarnos de la citada área recreativa, después de más de un día acampados allí, acompañando esta acción de fuerza con la reglamentaria sanción administrativa.
Sí, lo reconozco, actuamos mal y la sanción es pertinente al estar acampados en una zona prohibida, pero el afán únicamente recaudatorio de la medida vino demostrado porque la actuación policial se demorara más de un día (entiendo que si lo que se deseaba era evitar las acampadas fuera de la zona acotada por motivos de seguridad se debieron realizar las batidas el día anterior para evitar que se hubieran producido) y la arbitrariedad de la misma, por el hecho de que únicamente fuimos sancionados aquellos que físicamente nos encontrábamos allí, procediendo la fuerza policial a cortar los amarres de las tiendas de campaña de los que no se encontraban allí y no regresando al día siguiente a levantar definitivamente la acampada ilegal, que es lo que se supone querían evitar (espero que nunca se dé el caso de tener un vehículo mal estacionado en presencia de estos agentes, dado que entiendo que si no ven clara la matrícula del mismo procederán a pinchar las ruedas o a romper los faros).
La consecuencia: procedimos a abandonar la localidad inmediatamente y, después de ocho años, no volveremos. Así como recomendaré a todos mis conocidos para que éstos lo hagan con los suyos, que no vuelvan al Descenso del Sella parra ahorrarse situaciones desagradables como éstas.
Agradecer, eso sí, la defensa que, en tributo al sentido común, hizo de nosotros la concesionaria del bar del área recreativa La Moría, que al final será la más perjudicada en años venideros por la actuación de su Administración.
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