Sí, fiestas seguras para todos los ovetenses
Estimado Gabriel Agustín Nava:
Creí que las explicaciones que le había dado por este mismo medio a su hija eran suficientes para mostrar que no existe ninguna conjura del Ayuntamiento contra las fiestas de su localidad, pero veo que sus dudas se mantienen, por lo que voy a intentar nuevamente expresarle la situación en la que nos encontramos.
Desgraciadamente, la ley no es muy flexible y no acepta muchas diferencias en función del tamaño de una fiesta, siempre que en la misma haya elementos como, por ejemplo, carpas, escenarios, barras... Al final, la normativa aplica una única diferencia en algunos elementos (por ejemplo, el número de baños portátiles), pero no muy relevantes en relación con las quejas que usted manifiesta. Me parece muy bien su apelación a la proporcionalidad y a que no es lo mismo una pequeña fiesta popular que un gran concierto, pero, como le digo, la ley que estamos obligados a cumplir no ve tal proporcionalidad, y hasta cierto punto es razonable porque una carpa mal instalada o insegura podría dañar a menos personas si es pequeña que si es grande, pero el hecho cierto es que, si no cumple la normativa de seguridad, tiene capacidad de dañar a personas, y que sean muchas o pocas no parece una eximente sensata porque aunque sólo una persona resultara dañada ya sería mucho.
No puedo estar más de acuerdo con usted en su referencia a la necesidad de combatir el «botellón» y sé que a los compañeros de Corporación que tienen que lidiar con ese problema nos ocupa y nos preocupa mucho. Pero, al margen de las medidas coercitivas que pueda adoptar el Ayuntamiento, estará de acuerdo conmigo en que acabar con el «botellón» es, sobre todo, un problema de educación de los adolescentes y jóvenes que todos, en la medida de nuestras responsabilidades, deberíamos tratar de subsanar enseñando de palabra y obra a esos jóvenes que el principio fundamental de la convivencia es cumplir las leyes aunque no nos gusten o nos parezcan desproporcionadas, y que no hay infracción menor cuando se vulneran normas básicas de convivencia, de seguridad o de legalidad. En esa enseñanza, los padres y los adultos tenemos un importante papel que desempeñar.
Le transmito de nuevo que lo único que estamos haciendo es cumplir lo que la ley marca. Por desgracia, se han registrado graves incidentes que demuestran que no se puede hacer ninguna concesión que vulnere el cumplimiento de las normativas de seguridad porque, ante una desgracia, nadie (ni usted, ni yo, ni nadie) entendería que no se hubiera impedido exigiendo lo que la ley establece. Y, nos guste o no, en materia de seguridad no hay yates o barcas a pedal, no hay carné de moto, de coche o de camión; sólo hay una referencia para todos: la ley y la normativa vigente. Y, según ella, en Oviedo no estamos exigiendo nada más que lo que debemos para cumplir el mandato de velar por la seguridad de los ovetenses. Le aseguro que yo prefiero mantener este intercambio epistolar con su hija y con usted por este motivo que porque me pudieran recriminar, ante un accidente grave, que como responsable de Festejos no hice cumplir la legalidad para garantizar la seguridad de los vecinos.
Por lo que sé, en Quintana no hubo carpa, pero sí procesión y comida vecinal. Puede que no sea una gran fiesta, pero, sin duda, propició el encuentro y la alegría entre los vecinos sin ningún riesgo. Y eso ya es muy importante.
Belén Fernández Acevedo
Concejala de Festejos del Ayuntamiento de Oviedo
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