Gracias, José Vicente
Pasó el día 13 de agosto, que cayó, que curioso, en martes. Con él se truncaron las esperanzas de quienes confiaban en una posible vendetta de F. Álvarez-Cascos hacia Mariano Rajoy y su niña, Dolores de Cospedal.
Una vez más, los dados a la elucubración, al juicio rápido, y aquellos que creen que todos son de su misma condición, volvieron a errar, pero con hache. Así el que ha tenido los más altos cargos en el Partido Popular ha dejado con las posaderas al aire a más de uno de sus ex.
De nuevo, ha vuelto a demostrar que no tiene enemigos. Si acaso rivales políticos. Otra vez más, ha demostrado su lealtad a la verdad, su colaboración con la justicia y su disposición a asumir las responsabilidades de sus actos derivados de sus cargos. Y otra vez más sale indemne de las acusaciones de la prensa, que no de la justicia, como ya ocurriera con el «Prestige».
Vuelve de nuevo a Asturias igual que se fue. Con la serenidad que da una conciencia limpia y con la amargura y desilusión de quienes esperaban que narrara al juez lo que otros querían que dijera para su beneficio personal, sus titulares y su interés mediático. Es decir: Que mintiera o, en su defecto, añadiese más incertidumbre al caso. Así ellos (el cuarto poder), los que sólo se mueven por OJD, pudieran seguir con su campaña de intentar pescar en río revuelto. De tal modo que siguen sin conocer a quien ha sido presidente del Gobierno de Asturias, en un pispás, y ven cómo de nuevo sobrevuela por sus reales posaderas la sombra de que vuelva a coger las riendas del Principado de Asturias, pero ya sin deudas con nadie, ni hacia nadie, y aquí se termine definitivamente la política de manga por hombro instalada desde el comienzo de la democracia, auspicia por socialistas y comunistas, y en la mayoría de las veces, con la pasividad cómplice de los populares en Asturias.
Y así, pasó el martes y 13; con normalidad para quienes sabemos con quién estamos. Y con la amarga desilusión de los de siempre. Eso sí: quienes formamos la familia de Foro nos hemos levantado hoy con la gratísima alegría de ver una bandera de Asturias, de apoyo a nuestro presidente, y que no han tenido más remedio que hacerse eco de ella la mayoría de los medios de comunicación. Era la única. Era la de Asturias, la portaba un asturiano, que aunque esté por el mundo, conoce, sabe y siente lo que los asturianos necesitamos. Gracias José Vicente, porque como buen allerano y mejor asturiano, tú has sido la noticia del 13 de agosto, martes. El resto, que espere a mejor ocasión.
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