Denuncia, que algo queda

El Tribunal Supremo no considera delito que Mariano Rajoy y unos sesenta diputados cobren del Congreso de los Diputados una dieta de 870,56 euros mensuales en concepto de manutención, aunque vivan en Madrid y algunos posean dos pisos o más. Yo realmente no sé si será delito, ahora bien, como mínimo, indecente sí que lo es, ¿qué pensarán algunas familias que no llegan ni a cobrar 380 euros al mes en ayudas? Lo dicho, indignante, aunque la decisión del Supremo se base en una norma legal puesta por los políticos, es indigna e inmoral, igual que todos los que la cobran, estos políticos, como siempre, «haciendo amigos». Después se quejan de que los atosiguen, poco les está pasando para como tratan a los ciudadanos.

Sentencias como ésta del Supremo nos hacen dudar de la justicia española. Con lo que acaban de hacer los que se consideran los mejores jueces de España quedan justificadas todas las meteduras de pata de tantos jueces distraídos. Aunque también puede que el dinerito sea para las salidas nocturnas de Rajoy. Justificado, lo chungo no es que el Supremo se lo conceda, que me imagino que será porque es ajustado a derecho; lo auténticamente miserable es que unos tipos con los sueldazos que se meten, con todos los gastos pagados, con vivienda (en el caso de Rajoy véase palacio de la Moncloa) y transporte gratis, etcétera, etcétera, reclamen cobrar ese dinero.

La cifra de 870 euros no deja de ser anecdótica, aunque algunos padres de familia la han de alimentar con menos dinero, pero lo más escandaloso es la desvergüenza de cobrar una dieta por vivir fuera de Madrid cuando realmente viven allí. Hay que recordar que estas dietas se acordaron para que los diputados que viven fuera de Madrid no se vieran discriminados económicamente frente a los que viven allí, no como una sinecura más para «redondear» la mensualidad. Ésta es la justicia que tenemos en este país. Si un simple trabajador cobrara algo indebidamente, verían lo que tardaban en quitárselo.

¿Cómo que no tienen que justificar lo que cobran? Sale de nuestros impuestos, y si tienen casa en Madrid no se les deberían regalar esos euritos que otros trabajando no lo cobran, a ellos se lo estamos regalando por el morro. Delito no será, pero poca vergüenza, no me digan que Rajoy no está en su casa en un momento, y los ministros, y diputados otro tanto. Por favor, que ellos no tienen que aguantar atascos, ni esperas, eso se llama dilapidar el dinero de los contribuyentes, y mientras tanto nos racanean sanidad, con copagos, servicios sociales, etcétera. Si van a su casa sobre todo a dormir, ¿en qué se lo gastan? Saben que es el sueldo de muchísima gente.

Lo justifiquen o no a Hacienda están cobrando algo indebidamente, ellos mismos si tuvieran vergüenza no la percibirían. Dietas por nada y sobres de representación de miles de euros para ellos, pero eso sí, les molesta que se lo echen en cara y por eso a los escraches los llaman ahora acoso. ¿Y éstos son los que nos gobiernan?

Manteniendo sus privilegios y bajando los sueldos, y acabando con los derechos de los demás. Éste es el Estado de derecho y la igualdad de los que disfrutamos. Tampoco me extraña nada. Pocos de los señores diputados creen en la igualdad. Y los ciudadanos de a pie siguen y seguirán votando mayoritariamente a los que no creen en la igualdad.

Pretende el señor Rajoy que los asalariados trabajen en la ancianidad para cobrar una miseria y si la llegan a cobrar. ¿Pero tienen la indecencia de cobrar 870 euros por sus caras bonitas y de cemento? ¿Por qué entonces recortan las prestaciones de paro a mayores de 55 años que conviven con su cónyuge, padre, abuelo etcétera sólo porque éstos cobren nómina, pensión, si los que han cotizado 20-30-40 años son ellos?

Ni dietas, ni suplementos, esto es un robo, robo y robo, así se llama lo que están haciendo, deprimiendo la economía familiar de la mayor parte de la población, dejando a miles sin ingresos ni perspectivas de mejora, se disponen a atracar las pensiones futuras y no tan futuras... Miseria, hambre, enfermedades, esclavitud, desprecio, pisoteo, chufla, pitorreo... nos espera de los que se llenan la boca con la palabra «democracia» y no escatiman en escupirla cada segundo que pasa.

¿Crisis?, sí, pero para nosotros los ciudadanos de a pie, para algunos políticos, sus sobresueldos en «B», sus supersalarios y para rematar sus megadietas, y esto sin contar con lo que se llevan algunos con sus corruptelas...

Endeudamiento perpetuo a nuestra costa, para seguir en el trinque y mantenerse en el lujo, eso es lo que estamos viviendo. Lo hacen a cara descubierta y disfrutan torturando a quienes les mantienen y les han votado, son como parásitos de la peor calaña (no todos afortunadamente). Ése es el elenco político que nos toca sufrir. Y lo peor de lo peor está sentado en los órganos de desgobierno.

A veces pienso que la sociedad española tiene muchas tragaderas, ¿dónde están los 6.200.000 parados? ¿Dónde están a los que les han quitado la becas? ¿Dónde están los millones de jóvenes que no tienen trabajo? ¿Dónde están los funcionarios y los del sector público, dónde, dónde? Siempre tenemos que denunciar los mismos. Yo llevo toda mi vida denunciando injusticias desde aquellos años 70 en Madrid, corriendo delante de los grises (Policía de Franco) que nos machacaban a porrazos y dando hostias a todo lo que se movía, y ahora observo que la mayoría de ciudadanos se queda en casa esperando que los demás les resuelvan sus problemas, aunque espero que algún día digan: «que tiemblen ante la ira de un manso».

No tengo palabras, este grado de miseria humana está al alcance de muy pocos. Sólo espero que si existe justicia (ya lo sé, no os riais) estos homínidos paguen algún día lo que están haciendo.

P.D. Perdonen: Me he extendido mucho, pero como la injusticia es tan grande...

Faustino Gómez Pérez, Gijón