Una lucha corta y dura
Son muy pocas las veces que nos acordamos de agradecer a los profesionales de la medicina cuando nos ofrecen un trato humano y tienden su mano amiga.
Quiero dar las gracias desde estas líneas al doctor Salvador Hernández Batuecas y a las enfermeras Inmaculada Menéndez Martínez y Belén Casanueva, del centro de salud de Lugones, por su apoyo y ayuda durante la enfermedad que padeció mi marido.
Tampoco quiero olvidarme del personal de la planta de digestivo de la Residencia de Oviedo, por el trato recibido, en tan duros momentos para mí y para mi familia.
Desgraciadamente, el 9 de junio mi marido falleció. Fue una lucha corta y muy dura, pues se enfrentó a una enfermedad de dimensiones titánicas.
Agradezco a familiares y amigos su incondicional apoyo en ese trance tan duro y decirles que nunca olvidaré esas muestras de cariño, que tanta fuerza nos dieron en esos momentos tan difíciles.
Mi esposo ya no está con nosotros, pero su memoria siempre estará viva en los miembros de su familia. Laureano "Cansinos", en nuestro corazón.
Nunca te olvidaremos.
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