Mi pueblo
Mi pueblo, está enclavado en un paraje privilegiado del concejo de Aller. Encaramado, oteando el valle y dominando el entorno. Encajado entre las montañas, como anidando, protegido entre las mismas, escondido del frio y viento; allí donde la escarcha matinal, sol y niebla se entremezclan como en ningún otro lugar. Los apacibles sonidos, se fusionan con confortantes silencios; los ojos se alegran cada mañana al contemplar como las montañas que le rodean, le hacen de trono, y como situando un pie sobre Moreda y el otro sobre Caborana, se proclama amo y señor del valle.
Mi pueblo, desprende olor a carbón; bajo sus pies: galerías, capas explotadas y coladeros, están destruyendo sus cimientos; extinguiendo y desangrando manantiales; pagando un precio enorme los actuales vecinos con un suelo que desmorona, agrieta y derrumba sus viviendas; temiendo por sus vidas, sin que las autoridades pertinentes y Hunosa, pongan remedio antes que la tragedia suceda y deje al descubierto la inoperancia general.
Mi pueblo, encarna años de inocencia, torpeza, errores, miedos, timidez, amistades, amores, aprendizaje, osadías, rebeldías, ilusiones, esperanzas y proyectos. También en él, revive la memoria de nuestros Padres, donde el cariño, cuidado y protección, unido a las necesidades de entonces, lo convierte en un recuerdo de extrema gratitud, incapaces de poder recompensarlo jamás.
Mi pueblo, son los amigos de niñez, adolescencia y juventud, donde la ingenuidad e inexperiencia, buscaban en el aprendizaje el camino hacia la plena madurez. Sin lugar a dudas, la nota triste está en el recuerdo de todas aquellas personas que ya no están con nosotros, que amábamos y nos amaban: familiares, amigos y vecinos. Pero nos quedaremos con la memoria de todas ellas; con alegría, con una sonrisa, ya que ellas, no quisieran que fuera de otro modo. Mi pueblo es bello, no por su enclave, sino por sus gentes: trabajadoras, solidarias y acogedoras. Donde la espontaneidad y amabilidad, forman parte de un arraigo de hospitalidad tan natural como su entorno.
Mi pueblo, son todas aquellas personas mayores que siempre acompañaban saludo con una sonrisa. Sus sabios consejos hacían ver sencillo el paso de la carencia, hacia la emancipación. Forjando hombres justos y osados, para salvar los obstáculos en busca del propio destino.
Mi pueblo, a pesar de los muchos años fuera de él; es dueño de mi pasado y lo es de mi presente; apropiándose de todo lo conseguido, ya que gracias a él, fui lo que quise y pude alcanzar; ni más, ni menos.
Mi pueblo, no es un pueblo al uso; hasta su nombre tiene poco de común Boo. ¡Casi nada!
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo