¿Solución al botellón?
La tarde-noche del viernes 23 de agosto se vivió en Gijón uno de los espectáculos más lamentables de los últimos años. Ni en las lluviosas noches del invierno Gijonés la plaza Arturo Arias lucía tan triste y desolada.
El desorbitado sitio de excepción montado por nuestros gobernantes para erradicar el botellón nos recordó más a los tiempos en que reunirse grupos de personas era motivo de identificación, disolución y/o arresto que a las divertidas tardes de verano.
En la misma plaza donde siete días antes cientos de alborotadores jóvenes campaban a sus anchas hasta altas horas de la madrugada, policías con sus perros, sirenas, coches, furgonetas, vallas y cintas plásticas silenciaban la noche entre murmullos de desaprobación de los ciudadanos habituales y preguntas de desconcertados turistas que no se acababan de creer que en Gijón ya no se puede escanciar la sidra.
La consigna lanzada por nuestros regidores era clara: NO, NO y NO.
Que las escaleras son públicas, NO
Que la sidra es un producto autónomo no incluido en la ley del botellón, NO
Que la tradición dice, hace y nos libera de, NO
Con esta carta no trato de aplaudir ni defender el botellón; los vecinos tienen derecho al descanso, los jóvenes a divertirse y los establecimientos a vender; critico las formas autoritarias y la falta de flexibilidad en la aplicación de la ley de quien nos ¿gobierna?.
Por favor señores, las moscas no se matan a cañonazos, que entre Manolín y Manolón está Manolo
La búsqueda de un lugar para que los jóvenes consuman (p. ej.: explanadas con unos baños químicos y unos contenedores para la basura) debería haber sido el primer paso, y a continuación medidas tan sencillas como exigir a quien beba fuera del establecimiento el ticket de compra de la consumición y el cumplimiento estricto de los horarios de cierre, evitaría las molestias, el botellón descontrolado y seguiría permitiendo que cualquier ciudadano o turista, joven o viejo, pueda disfrutar en nuestro Gijón de una botellina de sidra, a la fresca, en las escaleras de la plaza o en otros lugares que curiosamente y por desconocidos motivos se libraron del control policial (Cuesta del Cholo, Plaza del Ayuntamiento, Barrio del Carmen, etc, etc)
Por cierto, el próximo record Guinness de escanciado de sidra ¿estará permitido o se considerará también botellón y trataremos de cargárnoslo al igual que el arenal de San Lorenzo?. Pero esto es otra historia y ya hablaremos de ella.
Jesús Suárez Rivera
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